Capítulo 1.

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Lorena

-¿Entonces nos mudamos? -pregunto mirando a mi madre.

-Así es, mañana por la mañana ponemos rumbo a Sevilla -contesta mi madre con indiferencia-. Cariño, siento no habértelo dicho antes, pero me lo dijeron ayer y no sabía cómo reaccionarías.

-Pero mamá, allí no conozco a nadie, no tengo amigos. Toda mi vida está aquí, no nos podemos ir -digo a punto de echarme a llorar.

Mi madre me mira preocupada y continúa poniéndole el pijama a Manuel.

Manuel es uno de mis hermanos pequeños. Tiene un año recién cumplido y es el mellizo de Rodrigo. Ambos son morenos con los ojos verdes, al igual que yo y mi otro hermano pequeño, Miguel, que ya tiene cinco años.

-Ya lo sé, pero no puedo hacer nada. Sabes cómo es mi trabajo, y no puedo negarme a esta oportunidad. Representar a los gemelos más perseguidos del país no se le ofrece a cualquiera. Cariño, necesito que lo entiendas.

-Está bien -suspiro secándome un par de lágrimas-. De todas formas, supongo que nos vendrá bien un cambio de aires, aunque echaré de menos a mis amigos.

-Genial -sonríe mi madre-. Allí conocerás a un montón de gente ya verás, vamos a estar fenomenal. Nuestros vecinos son unos viejos amigos míos, y tienen dos hijos de tu edad muy guapos, quizá te eches novio y todo -ríe cogiendo a Rodrigo en brazos.

-¡Mamá! -exclamo ante su comentario mientras subo salgo de la habitación de los mellizos-. Voy a hacer la maleta y a darme una ducha.

En seguida empiezo a hacer la maleta y a guardar lo más importante en dos cajas de cartón. Si por mi fuera, me lo llevaría todo, pero debo ser realista y separar lo más significativo para mí. Decido empezar guardando toda la ropa en la maleta, separando la que me voy a poner mañana para el viaje. Cuando termino, meto en las cajas todo lo que me voy a llevar; las fotos con mis amigos, los discos de mis cantantes favoritos, algún libro al que tengo mucho aprecio, mi diario...

Media hora después, termino y me meto a la ducha. No tardo mucho, y en seguida estoy con el pijama puesto y el pelo completamente seco.

-¡Lorena! -escucho gritar a mi madre desde abajo-. ¡A cenar!

-Voy mamá -contesto bajando las escaleras.

-¿Has terminado de empaquetar todo? -pregunta cuando me ve, a lo que asiento con la cabeza en silencio-. Salimos mañana a las siete, así que no te acuestes muy tarde.

Cuando termino de cenar, me quedo hablando un rato por WhatsApp con mis amigos. A eso de las once, decido dejar el móvil y me voy a dormir. Mañana sería un día duro.

-AL DIA SIGUIENTE-

-¡Lorena! ¡Lorena! ¡Despierta! -grita Miguel saltando encima de mí, logrando que abra los ojos y le agarre los brazos.

-Buenos días a ti también -río de buen humor dándole unos cuantos besos en la mejilla.

-¡Nos vamos! -grita feliz, para bajarse de mi cama salir de la habitación.

Río sin poder evitarlo; tengo unos hermanos increíbles. Rápidamente, me visto, termino de recoger las cosas del neceser y algunas cosas más, desayuno algo y veinte minutos después, ya estamos en el coche dirección Sevilla. Me he sentado en el asiento del copiloto, como es normal, mientras que mis tres hermanos van en la parte de atrás dormidos. Decido coger los cascos para ponerme música y al cabo de seis aburridísimas horas, llegamos a la que a partir de ahora es nuestra nueva casa.

-Joder, es enorme -digo abriendo la puerta de fuera e inspeccionando el jardín-. Y tenemos piscina - me entusiasmo al ver una gran piscina en la parte trasera.

-¡Lorena! ¡Ven y ayúdame!- escucho gritar a mi madre desde el coche.

Hago caso y me acerco a ella para coger las maletas y dejarlas en el jardín. Vuelvo a acercarme al coche y saco a Rodrigo de su silla para cogerle en brazos.

-Trae, dame a Rodrigo y sube a ver tu habitación -ordena mi madre con una amplia sonrisa.

Obedezco y abro la puerta de casa para subir las escaleras y entrar en la que supongo que es mi nueva habitación. No voy a engañaros: es preciosa. Es de color azul cielo con algunos acabados musicales en negro. Tiene una cama enorme de matrimonio y un baño propio con bañera y tocador. También tiene un vestidor enorme y aún así sobra muchísimo espacio. Veo que hay un balcón que da a la casa de al lado así que decido asomarme, pero no veo a nadie y me vuelvo a meter dentro para comenzar a deshacer las maletas y las cajas.

-¿Te gusta? -pregunta mi madre  desde la puerta con una sonrisa.

-Me encanta.

-Me alegro. Esta noche vienen a cenar los vecinos, los amigos de los que te hablé. Dúchate y ponte guapa que llegarán sobre las nueve.

Asiento antes de darle un beso en la mejilla y me meto en la ducha de inmediato. Cuando salgo, me pongo unos pantalones vaqueros cortos y una camiseta negra de tirantes de Los Beatles. Me calzo con mis inseparables Vans y cojo el móvil para bajar a esperar a que llegaran mis misteriosos vecinos.

No suelo tener problemas para hacer amigos, pero  hoy algo me está haciendo estar nerviosa.

***

¡La novela que más me habéis pedido vuelve a estar en el perfil! Aquí la tenéis: reescrita y corregida para que podáis disfrutar de ella eternamente. Esta vez he dejado los nombres originales por petición popular... pero no os acostumbréis. Daniel y Jesús no volverán a protagonizar mis historias... ¡a excepción de esta saga que tantos sentimientos ha levantado estos últimos años!

¡Disfrutad muchísimo! ¡Un abrazo muy fuerte! ¡Nos leemos, siempre!

¡Votad y comentad!

Sayago Langa

Siempre Tú [RESUBIDA]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora