Capítulo 24.

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Una semana después

Lorena

Hoy empiezo el instituto, y la verdad es que tengo muchísimas ganas de ver cómo será mi clase y de conocer a mis compañeros. Este verano los chicos se han encargado de que conozca a muchos de sus amigos, pero aún así estoy ansiosa por abrir mi círculo.

Llevo una semana sin hablar con Dani, y tampoco tengo ganas de hacerlo. Él ha insistido bastante con llamadas y mensajes, pero le he ignorado porque no quiero ni verle. Me ha engañado, se ha liado con otra, y por mucho que le quiera hay cosas que no se pueden perdonar. Tengo que valorarme, y sé que lo primero que tengo que hacer es respetarme. Le quiero muchísimo, claro que sí, pero no puedo pasar por alto lo que ha hecho.

Estos últimos días, Jesús, Lucía y Lucas han pasado mucho tiempo conmigo. Han venido mucho a mi casa para intentar animarme y distraerme. He intentado no hacerlo, pero al final la curiosidad siempre ha vencido y he acabado preguntando por Dani. La respuesta siempre ha sido la misma: que está deprimido, destrozado, que no sale de casa, ni come, ni está activo en redes sociales. Esta semana se ha abandonado, y las fans están empezando a darse cuenta de que algo malo pasa.

Ahora mismo estoy esperando a que venga Jesús a buscarme para ir juntos al instituto. Conozco Mairena bien, pero admito que no sé llegar al centro en el que estudiaré este año, así que le he pedido que me acompañe para no perderme. De un momento a otro, el timbre suena y me despido de mi madre y mis hermanos para coger la mochila y salir de casa con una sonrisa.

-¿Tú qué haces aquí? -pregunto borrando la sonrisa de mi cara al encontrarme con Dani esperándome.

-Jesús se ha quedado dormido y Lucas ya ha llegado al instituto, así que te acompaño yo a clase -contesta mirándome.

-Prefiero ir sola, gracias -digo seca, pasando por delante de él y caminando hacia la derecha.

-Es por el otro lado.

Sin ni siquiera mirarle, suelto un suspiro pesado y me doy la vuelta para caminar hacia donde me ha indicado.

-A la derecha -informa a mi espalda cuando llegamos a un cruce.

-No necesito que me guíes.

-Entonces no llegarás nunca.

Pongo los ojos en blanco antes de ponerme a su lado y caminar junto a él al instituto, guardando silencio.

-Lore... -susurra minutos después-. No podemos estar así toda la vida, tenemos que hablarlo.

-No quiero habar nada contigo. Vi lo que pasó, no hay nada que aclarar.

-No fue lo que crees -suspira mirando al frente-. Era una gemelier que me pidió una foto. Me preguntó por el brazo y nos sacamos un par de selfies. Me besó sin darme tiempo a apartarme y... cuando me di cuenta ya era demasiado tarde. Sé que no es excusa, pero tienes que creerme. Nunca te engañaría, Lorena, nunca haría nada que te pudiese doler. Sabes que te quiero -dice mirándome con intensidad-. Y fui un gilipollas, pero me niego a aceptar que lo nuestro acabó ese día.

-Le seguiste el beso, lo vi con mis propios ojos -contesto agachando la mirada-. No puedo perdonar algo así, Daniel.

-No te pido que me perdones, solo necesito que me des otra oportunidad para hacer las cosas bien.

Le miro en silencio, meditando sus palabras mientras paramos frente a las puertas del instituto. Cuando estoy a punto de contestarle, Lucía aparece para agarrarme del brazo y tirar de mí de buen humor.

Siempre Tú [RESUBIDA]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora