Capítulo 23.

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Lorena

-¡Vete de aquí! -grito entre lágrimas, empujando a Dani fuera de mi casa-. ¡No quiero volver a verte! ¡Ni a saber de ti!

-Lore, por favor -ruega agarrándome los brazos para que deje de empujarle-. Déjame explicártelo.

-¡No quiero que me expliques nada! ¡Fuera de aquí! -ordeno, incapaz de controlar el llanto-. ¡Que te vayas!

Hace diez minutos he salido a comprar el pan a la panadería que hay al final de nuestra calle y le he visto liándose con una chica. Después de acercarme, darle una hostia y gritarle que no quiero saber nada más de él, he salido corriendo entre lágrimas hasta llegar a mi casa.

Creía que Daniel era diferente, pero ya veo que es igual de cabrón que la mayoría.

-¿Qué cojones está pasando? -pregunta Jesús saliendo de su casa y entrando en mi jardín junto a Lucas.

-¡Tu hermano! ¡Que es un puto cerdo! -sollozo perdiendo los nervios por completo-. ¡Que me ha puesto los cuernos, Jesús! -exclamo lanzándome a abrazarle desesperada.

-¡Que no ha sido así! -se cabrea Dani alzando el tono de voz.

-Tranquila, Lore. Intenta relajarte -susurra devolviéndome el abrazo con fuerza.

-Déjame explicarte lo que ha pasado, joder -suplica Dani acercándose a mí-. No es lo que crees.

-Os he visto -digo separándome de Jesús con rabia-. He visto cómo le metías la lengua hasta la traquea, así que no me tomes por gilipollas. No quiero volver a saber nada de ti, Daniel. Olvídame.

-Lore, yo...

-Pírate -ordena Lucas poniéndose delante de él al ver que intenta acercarse de nuevo-. En serio, pírate ahora mismo.

-Vamos, Lucas. ¿No creerás que...?

-Que te vayas -repite con autoridad-. Ya la has escuchado, vete de aquí.

-No me voy a ir hasta que no me escuche -dice Dani retándole con la mirada-. Lorena por favor -susurra echándose a llorar-. Lo siento, lo siento muchísimo. No es lo que parece créeme. Sabes que te quiero como nunca antes he sabido querer a nadie, nunca haría nada que te hiciera daño, ni sería capaz de engañarte. Tienes que creerme, Lore.

Guarda silencio durante unos segundos en los que yo abrazo a Lucas con fuerza, sin ser capaz de mirar a nadie. Me ha hecho sentir como nunca antes me había hecho sentir nadie. No se merece nada de mí.

-Está bien -susurra asintiendo con la cabeza-. ¡Joder! -exclama cerrando la puerta del jardín cuando se va.

Levanto la cabeza al escucharlo, encontrándome con Lucas mirándome preocupado. Jesús se ha ido tras su gemelo, imagino que para intentar hablar con él.

-Es un hijo de puta -susurro echándome a llorar de nuevo.

-Lore, ¿estás segura de lo que has visto? -pregunta Lucas tocándome la espalda con cariño-. Sabes que Dani te quiere más que a nadie, se nota el amor que te tiene... sinceramente, no le veo capaz de engañarte.

-Lucas que le he visto. Le estaba metiendo la lengua hasta la campanilla -contesto separándome de él y entrando en mi casa, haciendo que me siga hasta el salón-. ¿Puedes llamar a Lucía?

Daniel

-Ya sé que son vuestras movidas de pareja -escucho decir a Jesús desde la puerta de mi habitación, donde estoy llorando sin consuelo contra el colchón-. Pero explícame lo que ha pasado.

-Ni siquiera la conozco, no sé quién es -susurro sin variar mi posición-. He salido a dar una vuelta y me ha parado una chica para pedirme una foto. Me ha preguntado qué tal llevo lo de la muñeca, y nos hemos sacado un par de selfies. Cuando me he querido dar cuenta me estaba besando y yo le estaba siguiendo, como si fuese gilipollas. No sé en qué estaba pensando, Jesús. He perdido a la única chica a la que he querido por culpa de una estupidez.

-Bueno, llamar estupidez a una infidelidad... -suspira mi hermano sentándose a mi lado-. La has cagado, Dani. Lo tienes jodido.

-Gracias -murmuro sin mirarle.

-Pero... no lo sé, a lo mejor si intentas hablar con ella cuando esté más tranquila... Sabes que Lore es muy comprensiva, seguro que entiende que ha sido un erro y que te arrepientes -dice tocándome la espalda-. Ser personajes públicos a veces se hace difícil cuando tenemos pareja. Este son el tipo de cosas a las que nos arriesgamos. Seguro que lo entiende si hablas con ella.

Me quedo en silencio, meditando sobre sus palabras. Es difícil llevar una relación así.

-Lucha por Lorena, Dani -ordena bajando el tono de voz-. No hay nada más fuerte que el amor entre dos personas, y vosotros os amáis muchísimo. Podéis superarlo.



Siempre Tú [RESUBIDA]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora