Confianza

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Yoshimura observaba a Kaoru con el entrecejo fruncido. No le gustaba para nada que se viera tan mortalmente cansado cuando la mayoría de las veces tenía muchísima energía.

El adolescente tenía las ojeras marcadas y los labios con una tonalidad azulada que lo estaban preocupando en exageración.

—Por hoy quiero que descanses. No te levantes para nada, me aseguraré de que mi equipo venga hasta acá por ti para revisarte a detalle, ¿de acuerdo?

Kaoru asintió y volvió a hacerse bolita en la cama. Yoshimura salió de su habitación para llamar a su equipo y fue entonces que el adolescente aprovechó para levantarse e ir al cuarto de baño.

En cuanto se miró al espejo, él mismo se asustó ante la imagen tan demacrada que reflejaba, pero en realidad ni siquiera se sentía mal. Cuando se levantó por la mañana había visto que tenía las ojeras marcadas pero no tanto como las tenía ahora, por eso había aprovechado para fingir sentirse enfermo.

En realidad se sentía relajado y contento, y cómo no, aunque solamente llevaba unos muy pocos días de conocerlo, Kojiro se había comportado como el amante que cualquier persona querría: le había hecho caso en todo momento, estuvo pendiente de su comodidad todo el tiempo, siempre se preocupó por mantenerlo relajado, fue suave y delicado cada vez que lo tocaba, y al terminar, lo había acompañado a asearse, le hizo de comer y lo acompañó hasta que se quedó dormido. ¿Cómo no iba a estar relajado y contento?

Sin embargo, parte de su felicidad se esfumó después de despertar y darse cuenta de que Kojiro otra vez no estaba con él, y cuando quiso ir a buscarlo a su puesto ya había acabado su turno y Alan se encontraba ahí, como siempre, mirándolo mal porque no soportaba sus feromonas ni usando una máscara de gas.

Fue el argentino quien había alertado a Yoshimura del estado en que se encontraba Kaoru, pues su apariencia daba todas las señales de verse enfermo.

Yoshimura había llegado con dos de sus enfermeros a la habitación del adolescente para hacerle una revisión y asegurarse de que no le ocurriera nada grave. Al final, lo único que se determinó fue que tenía un desequilibrio hormonal y, a pesar de haber comido un brownie por la noche, tenía la glucosa bastante baja y por ello se veía tan demacrado.

—Eddie, vamos a tener que suministrarle suero otra vez —dijo Yoshimura.

—Entendido, doctor —dijo saliendo de la habitación del muchacho para ir por lo necesario.

Kaoru rodó los ojos. No quería que lo picotearan otra vez.

—Llamaré a Leslie y a Joan para que se retiren. No tiene caso que se queden si no vas a entrenar. ¿Tenías clases pendientes hoy? —preguntó Yoshimura.

—No lo sé —respondió el muchacho fingiendo no recordar.

—Le diré a tu padre que avise a tus profesoras. Tú descansa. Los muchachos están en sus puestos por si ocurre alguna emergencia. ¿O prefieres que te internemos en el consultorio?

—No, aquí estoy bien.

—De acuerdo. Descansa. En un momento viene Eddie para canalizarte —dijo Yoshimura antes de que su equipo y él salieran de la habitación del adolescente-

Dicho y hecho, el jefe enfermero había llegado de nuevo y estuvo con él un buen rato desde que lo canalizó, hasta que el suero se terminó.

De cierta manera le agradaba tener un día libre aunque fuera por enfermedad. Solamente tenía libertad los domingos y de todas formas siempre se aburría porque no tenía gran cosa que hacer. Incluso este día que se encontraba dejando descansar a su cuerpo se encontraba aburrido. Los muchachos que se encontraban vigilando afuera de su cuarto no tenían buena relación con él todavía, y eso se había vuelto muy evidente porque tenían que llevar máscaras de gas hasta que se acostumbraran. Los de la tarde igual, aunque ellos se comportaban de manera más amable con él, sobre todo Suha y Johannes. Y claro, en la noche tenía a Kojiro, quien hasta el momento era en quien más confianza tenía de todos ellos.

Proyecto Sakurayashiki || OMEGAVERSEDonde viven las historias. Descúbrelo ahora