Sospechoso

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Kaoru parpadeó un par de veces mirando el techo de su habitación. Eran apenas las diez de la mañana cuando logró despertar y, nuevamente, Kojiro no se encontraba con él. Antes de poder reaccionar a su despertar solitario, sintió que alguien le jalaba las piernas, pero en realidad no había nadie más ahí.

— ¡¿Qué quieres?! —gritó reconociendo ese desagradable toque— ¡Suéltame, maldita sea!

Se levantó de golpe completamente furioso, pues esa sensación no se detenía y él parecía no poder reconocer la realidad de lo que su mente le hacía creer.

— ¡Suéltame! —volvió a gritar con todas sus fuerzas.

Los muchachos que estaban vigilando su habitación desde afuera entraron rápidamente en alerta. Hong fue el primero en entrar y llamó de inmediato a sus compañeros para unírsele, pero cuando los tres entraron y vieron a Kaoru completamente solo no pudieron evitar asustarse, pues nunca lo habían visto así de alterado.

—Hey, ¿qué te pasa? —preguntó Nilam.

Pero Kaoru no le respondía, en su lugar solamente se abrazó las piernas y comenzó a gritar desesperadamente. Estaba por completo fuera de sí y no lo podía controlar.

— ¡Hay que llamar a Yoshimura! —dijo Alan.

Entre los tres trataron de sujetarlo para que no se hiciera daño, ya que había comenzado a arañarse el pantalón como si quisiera que alguien lo soltara, pero entre ellos tres no podían hacer mucho porque sumado a eso, Kaoru usaba sus feromonas como defensa para que no se le acercara nadie.

— ¡Kaoru! —gritó Eddie, pero el pelirrosa no lo escuchaba— ¡Kaoru, tranquilízate!

El muchacho parecía no estar consciente de nada. Tenía la mirada más sombría que alguna vez le habían visto y actuaba con completa agresividad.

El resto del equipo de Yoshimura no tardó en llegar y al ver la escena supieron que debían dormirlo porque no había manera humana de calmar a un alfa superdominante enfurecido. Todos se sentían mareados y casi noqueados al sentir el golpe de feromonas que intentaba repelerlos de su perímetro, pero aún así, un enfermero, con ayuda de Eddie y Richard y más médicos, logró sedarlo justo a tiempo antes de que las cosas se pusieran aún peores. 

Kaoru había caído y de inmediato se lo llevaron a revisión al consultorio.

*

Yoshimura se rascó la barbilla. No podía evitar sentirse sumamente preocupado por la situación. Kaoru era un muchacho bastante calmado desde hacía algún buen tiempo, pero le inquietaba en extremo que tuviera un episodio tan explosivo contra "la nada".

—Aquí están los resultados, doctor —dijo Richard.

—Gracias.

Yoshimura los revisó y, tal y como imaginaba, había tenido una encefalitis que le duró por algunos minutos nada más, dando como consecuencia la reacción que él siempre quiso evitar durante hace años.

— ¿Ya despertó? —preguntó.

—Todavía no. Sigue en observaciones para vigilar que su cerebro no se vuelva a lastimar. Esta vez provocó mucha presión y sus ojos están llenos de sangre.

— ¿Derrame?

—Así es.

Yoshimura suspiró. —Vigílenlo hasta que despierte. Tengo que llamar al jefe.

—Entendido.

*

Mamá —llamó el aún más joven Kaoru de forma desesperada—, papá, no me dejen con ellos. No me dejen, por favor —rogó.

Proyecto Sakurayashiki || OMEGAVERSEDonde viven las historias. Descúbrelo ahora