Desertar (2da del maratón)

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Segunda actualización del maratón de esta semana. Voy numerando en el título también para que no se me pierdan quienes siguen la historia en tiempo real y no puedan leerla al mero momento.

*

Habían pasado un par de días desde que Kaoru había encontrado una de las soluciones más fáciles para acabar con su vida. Todo ese mes lo único que rondaba por su cabeza era eso, sin embargo, en esos dos días lo único en lo que podía pensar era en la idea de Kojiro estando con alguien más.

No terminaba de lograr responderse la duda de qué eran ellos dos. Definitivamente le gustaba, eso era obvio, le atraía muchísimo. Quería estar todo el día pegado a él. Y estaba seguro de que a él también le gustaba.

Pero gustarse era una cosa.

¿Qué había más allá de gustarse?

¿Qué sentía por él?

Y lo más importante... ¿Qué sentía Kojiro?

Habían estado ocupados buscando y buscando en diversos archivos incansablemente. No se habían tocado para nada, y fue por eso que Kaoru le había pedido acostarse con él. Necesitaba sentir que todo entre ellos seguía igual, pero solamente se sentía extraño.

Kojiro había hecho todo lo que Kaoru le había pedido. En realidad habían tenido mucho sexo sin penetración, pero el guardaespaldas solamente se aseguraba de dejarlo cansado físicamente, y después de lograrlo salía de la habitación. Sus interacciones eran exageradamente limitadas.

Estaban juntos, lado a lado, pero se sentía como si estuviesen a kilómetros de distancia. 

Esta vez, Kojiro estaba recostado con Kaoru sentado sobre sus clavículas, casi literalmente sentado sobre su cara. De esa forma le era fácil practicarle una oral de lo más placentera sin que Kaoru pudiera tocarlo de más. Era difícil resistirse, pero no estaba dispuesto a ceder. No cuando ya había aceptado y decidido que no podía seguir desarrollando más amor por él, y parte de su amor, era complacerse entre ambos de forma física para hacerse sentir bien.

El guardaespaldas estaba desnudo de la cintura hacia arriba para evitar que todo su uniforme se impregnara del aroma de Kaoru.

—N-no me g-gusta así —se quejó el pelirrosa.

Kojiro se detuvo. — ¿Quieres parar?

—Quiero hacértelo yo también...

El peliverde no le hizo caso y siguió tragando su pene insistentemente. Por la posición no podía masturbarlo, así que era su boca la que se encargaba de hacer todo. Podía sentir las piernas de Kaoru tensarse y temblar por ratos. Su piel estaba erizada y podía admirar desde su lugar cómo el pelirrosa fruncía el entrecejo y abría la boca solamente para gemir.

Lo que sí podía hacer con sus manos era acariciar su cintura, así que se encargaba de sujetarla para hacer que el miembro de Kaoru entrara más profundo en su boca.

El pelirrosa soltó un gemido alto y agudo, se quitó de encima de él con rapidez, quedando sentado sobre el colchón mientras eyaculaba. Kojiro solamente podía observar el semen de Kaoru brotando y bañándose por completo en el fluido blanquecino. 

El pelirrosa respiraba ruidosamente, tratando de recuperar el oxígeno. 

Kojiro se levantó lentamente para irse al fin, pero Kaoru lo atrajo con firmeza directamente hacia él. Sus rostros quedaron juntos y el pelirrosa aprovechó para besarlo desesperadamente. Kojiro no hacía ahora nada por disposición propia, así que tampoco había mostrado interés en besarlo antes. Sin embargo, en realidad lo evitaba porque no podía resistirse a los labios de Kaoru. 

Proyecto Sakurayashiki || OMEGAVERSEDonde viven las historias. Descúbrelo ahora