Al ver que ante mi constante mirada, no me hacía caso, me dediqué a observar los innumerables llaveros y pequeños juguetes que adornaban a Lucille. La mayoría de las veces descubría uno nuevo y este fue el caso al ver un llavero en forma de triángulo con un círculo y una raya en el centro.
¿Y si James es parte de un grupo satánico?
Imposible, con esa personalidad formaría parte de los ositos cariñositos.- ¿Qué es eso? -pregunté señalando el objeto con mi dedo.
James le dirigió una fugaz mirada.
- Un collar.
Sin duda, es un erudito.
- Uh, tiene sentido -rodé los ojos-. ¿Qué es?
- Las reliquias de la muerte.
- Ah, pero ¿Qué son?
- Cuando era pequeño solía tenerle miedo a la oscuridad y mi mamá me leía los libros de Harry Potter para que pudiera dormir.
Eso no responde la pregunta.
Déjalo.- James, si no quieres continúar, está bien -no, en realidad sí quería saber toda la historia, pero no quería que se sienta mal.
- Está bien, supongo que sería como desahogarme, terapia y eso.
- ¿Seguro? -miré de reojo el collar, se veía desgastado en algunas partes.
- Sí, bueno, no interrumpas o ya no seguiré -dijo sin apartar la vista de la carretera.
Asentí levemente.
- Ella solía usar ese collar, una vez le pregunté por qué siempre me leía los libros de Harry Potter, y ella me dijo que cuando no podía dormir por ruidos del exterior, su mamá o su abuela le leían Harry Potter, el collar, originalmente, era de mi abuela.
Por ruidos del exterior, quizá se refería a bombardeos.
- Es menos confuso de lo que suena, pero bueno, cuando su mamá murió, porque la vió morir, le dió su collar, y cuando mamá, se fue, me dejó el collar como separador en el último libro, y curiosamente, nos faltaba el último capítulo -rió sin ganas-. Pareció que esperó muchas noches para poder irse.
- Entonces si que es una reliquia, una muy especial.
Acaricié su hombro tratando de expresar compasión y el posó su mano derecha sobre la mía.
- Bueno, en realidad, sí lo es, representa a las reliquias de la muerte, la capa de invisibilidad, la piedra de la resurrección y la varita de Saúco, lo dice en los libros y en las películas, una historia hermosa dentro de una historia maravillosa -concluyó suspirando dramáticamente.
- Fingiré haber entendido ¿a dónde vamos? -pregunté riendo.
- A dónde vaya el viento.
- Que filosófico.
- Lo sé, siempre quise decir eso, mi mamá decía eso.
- Supongo que no puedo llegar a mi casa como si nada, y no puedo estacionarme enfrente de la tuya, él lo sabría.
- Gran lógica, James.
- Deberíamos dejar a Lucille en el bosque encantado.
- ¿Y luego?
- Cómo dije, me parecería muy hipócrita llegar a "mi casa" como si nada.
- ¿Entonces?
- Me da mucha vergüenza pedirte esto -soltó mi mano y la pasó por su cara, se aclaró la garganta y miró el volante unos segundos-. ¿Puedo, dormir en, tu casa?
ESTÁS LEYENDO
Azul Tormenta
Ficción históricaMuerte en la Guerra. A lo largo de 60 años, una isla ha surgido al sur del océano pacífico, provocando la guerra entre países, peleando por un territorio del tamaño de Europa. De insultos, hasta virus mortales, son algunas de las maneras en las que...