3. Estúpidas mariposas

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Me desperté sorprendentemente por voluntad propia, me tomó unos segundos darme cuenta de qué algo me abrazaba por la cintura o más bien, alguien, James.

Estaba apoyada en su pecho con una pierna encima de la suya, prácticamente era mi almohada.

¿Cómo me levanto sin despertarlo?
Te gusta cómo se siente dormir con él ¿no es así?
Te comenzaré a ignorar.

Mientras seguía pensando distintas formas de librarme de la situación, sentí su agarre en mi cintura fortalecerse.
Me quedé complemente quieta.

Sentí como inhaló con fuerza y exhaló lentamente.

Luego pareció quedarse quieto, pero no aguanté ni un minuto así.

Y como una vez vi en una película, me moví ligeramente, él dejó de hacer todo lo que estaba haciendo, quedándose quieto.

Si no fuera yo la que estuviera en esa situación, me estaría riendo.

Sentiría algo de burla, pero bueno, me tocó el otro lado de la moneda, no me volveré a reír.
O no en un tiempo. Una semana quizá.

Sin saber muy bien que hacer me senté de golpe,fingí estar confundida, me levanté por completo y ví a James acostado.

- Carajo, se siente como incesto -murmuré sintiendo algo en mi estómago.

Oh mierda, estoy embarazada.
No has tenido sexo con nadie, eres virgen.
Así le gustan al espíritu Santo, además, la virginidad es un concepto social estúpido.

A veces, tal vez siempre, suelo ser muy imbécil, lo normal.

Volví a concentrarme en lo que sentí, alguna vez escuché a mi madre decir que eran mariposas.

Las estúpidas mariposas, aquellos insectos sobrevalorados con alas, parecía que me los tragué y me cayeron mal.

Tengo dos teorías, son mariposas con dagas ó dagas con alas, probablemente ambas ó ninguna.

Pasé mis manos por mi cara, luego recordé que seguramente James estaba despierto.

Me quedé aún más inmóvil por un momento, volví a mirarlo y luego suspiré con pesadez, tratando de librarme de los malos recuerdos, sentimientos.

Fuí al armario y busque mi uniforme.
Un pantalón negro recto a la cintura, una playera amarillo huevo con una etiqueta que decía "Adalid" en el pecho superior izquierdo, ropa interior, unos tenis grises con negro y líneas rojas y me dirigí al baño a cambiarme.

Al final me bañé rápidamente sin mojarme el cabello.

Salí e inmediatamente me sequé con la toalla todo el cuerpo, me cambié, me puse desodorante, perfume y me hice una coleta alta, o como las solía llamar mi papá, cola de caballo.

Me miré en el espejo, aunque más que mirarme, observé mis ojos, no eran muy grandes, aunque tenía muchas pestañas, recuerdo que mis padres solían darse besos de mariposa.
Se cree que los ojos son las puertas del alma, entonces un beso de mariposa significa besar en las puertas del alma. O eso dice mamá.

Lavé mis dientes, me mojé la cara, volví a ver mi reflejo y cualquiera podría distinguir mi cara de odio al mundo, tendría 7 años cuando papá me dijo que amaba esa expresión.

- ¡Hadita! -me abrazó mi papá.

Me quedé en la misma posición antes de que me abrazara y solo inhalé su olor.

Siempre olía bien.

- Hola -respondí dándole palmaditas en la espalda.

Azul TormentaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora