Capítulo 15

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Eider.

Miedo. Ese maldito sentimiento era lo que sentía.

Correcion; eso era lo que sentíamos todos.

Ya había pasado un día. O sea que era hoy.

Hoy Antonio recibía los resultados de prueba de paternidad con Max. Y estábamos más que nerviosos, o al menos yo lo estaba.

Miriam seguía en el hospital, no sabíamos cuando saldría, supongo que en esta semana le darán el alta y finalmente ella estará con nosotros. Los gemelos no estaban aquí, de hecho, ellos planeaban venir en unos minutos para así poder ir juntos a la preparatoria.

Solo estaba Antonio con Marcell en un sillón muy cómodo y bastante amplio de terciopelo blanco, creo que no hacía falta mencionar que Antonio movía sus pies en nerviosismo y Marcell... Bueno. Él estaba tranquilo, mirando hacia la puerta.

Brunno estaba parado, apoyando su cuerpo en el umbral de la puerta que abría paso a la sala de estar de mi primo. Ethan se había ido a correr para distraerse hace como una hora desde que habíamos llegado, y yo estaba sentada en un sofá, junto a mi papá, quien muy amablemente se ofreció a traernos una taza de té, para calmar la tensión, según él.

Yo ya estaba lista con el uniforme de la preparatoria. Desearía que se acabe todo esto.

La puerta principal sonó, ese timbre sonoro que tiene Antonio me producen querer arrancarme los oídos, era de verdad molesto, nos dejó a todos quietos, observando directamente para allí. Brunno dio un suspiro antes de dirigirse a abrir la puerta.

Solo bastaron unos segundos para que vuelva, pero no volvió sin nada en sus manos.

Volvió con un sobre de tamaño normal, de un color blanco gastado, yo diría que amarillento, con letras grandes y llamativas que se leía perfectamente el nombre del laboratorio donde Brunno fue a dejar los hisopos de Antonio y Max.

Lo colocó en la mesa ubicada en el centro de todos nosotros.

Marcell, con rapidez fue hacia adelante, tomando el sobre y rompiendo un pedazo de el para así poder abrirlo, logrando que me coloque más nerviosa incluso si podía.

Empezó a leer todo muy detenidamente, mientras Antonio se levantaba del sofá, caminando de un lado a otro, peinando su cabello con sus dedos hacia atrás. Se notaba a kilómetros que estaba muy, muy nervioso.

Si Miriam estuviera aquí, de seguro se estaría mordiendo las uñas. Típico de ella.

—Tengo que ir a...

—No te irás a ningún lado, Antonio—Brunno interrumpió la excusa absurda de mi primo.

No pude descifrar el rostro de Marcell. Pero lo que vi, fue que llevó la cabeza hacia atrás, soltando un suspiro, a medida que el contenido del sobre quedaba en el sofá.

—¿Es mi...?—empezó Antonio, con los dedos temblando.

Vi claramente como Marcell lo volvía a ver.

—¡Soy abuelo!, ¡Soy abuelo de un niño!—se levantó del sofá, con una sonrisa de oreja a pasos contentos y dando un saltito corto para abrazar a su hijo.

Brunno despegó su mano de su boca, sorprendido por la reacción de mi tío para luego acercarse a mí.
Me pidió que le alcanzara el papel escrito que yacía en la mesa. Pero antes de pasárselo, como buena chusma, lo leí antes de dárselo.

"Basados en los análisis de los resultados obtenidos el Sr. BOSCH, ANTONIO (Padre Alegado) queda como resultado positivo del vínculo biológico como padre con respecto a CALLEN, MAX"

El secreto de los Bosch [✔]  [COMPLETA|| EN EDICIÓN]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora