Capítulo 5

83 5 90
                                    

Miriam.

Brunno logró espantarme.

Jamás lo había visto así de enojado.

Mentira, en realidad vive así, solo que diciéndolo de esa manera suena más cool.

Para, y por su desgracia, he pasado cosas peores.

Demasiadas para ser precisa. Su presencia no me incomodaba, al contrario, debía admitir que me agradaba y estaba agradecida que fuera él quién se presentó en mi casa.

Bueno, la casa de mis padres.

—Cálmate, Brunno—pidió Antonio al ver que mi tío comenzó a ponerse denso.

—Este hombre con máscara y cubierto hasta la médula entró a casa y trató de matarme, tío—solté, señalando la figura del hombre en el suelo.

—¿Por qué?—preguntó Brunno, levantándose del sofá, encaminándose hacia mí, intrigado, al parecer aquello le interesó.

—¿Crees que lo sé?

—No lo sé.

—¿Y entonces para qué preguntas? solo logras que me ponga nerviosa—admití, evitando su mirada escalofriante.

—En primer lugar no me hables en ese tono, niña, y segundo—tomó aire— ¿Qué diablos hacían aquí solos y sin sus guardaespaldas?

—En primer lugar, ella te habla como se le da la gana, Brunno, y segundo, los guardaespaldas deberían haber estado en la puerta, que ellos no cumplan con su parte no hace que sea nuestra culpa—le contestó Antonio, dándole una mala mirada.

Mi tío lo miró, alejándose de mí.

—Nunca te pregunté a ti, niño; ¿Antonio, qué te sucede? tú ni siquiera deberías estar aquí para empezar—dijo, mientras se tronaba los dedos con un poco de fuerza.

Me removí, incómoda, ya cuando se tronaba los dedos así, de esa manera, era porque estaba molesto, y no quería lidiar con un Brunno molesto, era, a veces, un poco malhumorado y serio al momento de descargarse con alguien.

—No, no debería, pero ¿Sabes qué?, me vale.

—Antonio, ¿Quieres callarte y ayudarme en esto?—habló Ethan, señalando al hombre, con un movimiento ladeado de cabeza, en el suelo.

¿Ayudarte? ¡Por favor Ethan! si ni siquiera sabes sumar,—interfirió Brunno, obviamente algo molesto— déjame el trabajo sucio a mí.

—Tú,—Antonio señaló a Paxton con su dedo índice— será mejor que corras antes de que venga la policía y te lleve a prisión por asesinato.

Menudo idiota.

¿Cuál era la necesidad de asustar de esa forma a mi hermano? Él estaba chiquito.

El labio inferior de mi hermano empezó a temblar, sin saber que decir, logrando que quisiera ir a abrazarlo con todas mis fuerzas y protegerlo, Willson tuvo que agarrarlo por los hombros y sacarlo de la casa, no sin antes decirle a Antonio que era un infantil y el peor primo de todos.

—¡Genial! espantaste al niño y ni siquiera le pude desearles un feliz cumpleaños—exclamó Ethan, negando viendo como mis hermanos se marchaban por la puerta.

—¿Qué van a hacer entonces?—preguntó Eider, viendo fijamente el cuerpo del señor. Ya era como que me daba pena el verlo en el suelo.

—¿No es obvio? llamar a una ambulancia y decirle que tuvo una crisis e intentó suicidarse—le contestó Antonio, revoleando los ojos.

El secreto de los Bosch [✔]  [COMPLETA|| EN EDICIÓN]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora