Capítulo 17

35 4 0
                                    

Antonio.

Minutos antes...

Observaba como Miriam ubicaba al niño haciéndole un pequeño espacio entre sus piernas para que se pudiera acomodar. Resoplé cuando vi que Eider y los dos inútiles salieron de la habitación, sospeché que se los llevaría a ese lugar de la dirección de mi carta.

Mi vista fue hacia una silla blanca que estaba desocupada, me acerqué a pasos largos y la tomé, situándola cerca de los pies de la camilla de Miriam.

—No entiendo cómo es que tú no juegas con Max—me dio ella, viéndome, luego arrugó las cejas—¿Y mis hermanos?, ¿Y Eid?

—Están hablando afuera.

Miriam asintió ante mi respuesta, me crucé de brazos, observando como el niño asqueroso que se caga encima, sus facciones al verlo sonreír me hacían recordar a Coral... Debía empezar a buscarla.

Me enojaba tanto su actitud, no podía dejarme a su hijo, así como así y luego marcharse, al menos debía haberme hablado, contactado para que podamos llegar a un acuerdo, no apoyaba su estúpida decisión de irse a la mierda de aquí.

Saqué mi celular del bolsillo de la chaqueta, para mandarle un mensaje a Ethan, necesitaba que venga o al menos, necesitaba ir yo hasta donde sea que se encontraba. Porque conociéndolo como lo conozco, hasta podría estar en la punta del país si él quisiese.

—¿Me escuchaste?—me preguntó Miriam, sacándome de mi mente.

—No.

Ella giró los ojos.

—Que ya se fueron hace un rato, ¿De qué estarán hablando?—preguntó aun jugando con el niño.

—Hace poco nos fuimos con Eider a un lugar, y encontramos unas cartas, ella está tratando de descifrar a donde la lleva y les pidió ayuda a tus hermanos porque yo me negué—saqué la copia de mi carta del otro bolsillo y se la entregué.

Ella leyó la carta con una expresión de asombro. Se fijó en la imagen y le mostré que detrás de esta había una dirección y las tres rayas extrañas.

—¿Y qué quiere decir con que hay tres?—preguntó.

—Eso es lo que fue a averiguar.

—¿Y no te da un poco de intriga?—la miré, dejando mi celular—¿Por qué no vas con ella?

—De seguro ya se habrá ido—me encogí de hombros.

—Quizás no...

La puerta de la habitación que yacía cerrada, fue abierta haciendo que me gire bruscamente en forma de seguridad, giré los ojos cuando vi a Ethan cerrando la puerta.

—Hola, Ethan—sonrió Miriam, alegre al verlo.

—Sí, hola—dijo tomando una silla para sentarse a mi lado—¿Eider?

Busqué algo en mi bolsillo.

—No la tengo, ups.

—Idiota—resopló—, es en serio, ¿Dónde está?

—Fue a comprarme algo que le pedí, no te preocupes—interrumpió Miriam antes de que yo suelte la lengua.

Si le decía que se había ido a un lugar donde ni yo sabía dónde era, se volvería loco, así que agradecí mentalmente a Miriam por hablar primero.

Ethan asintió, serio y yo hablé.

—¿Cómo puedo encontrar a una persona?

—Buscas su nombre en internet, no es tan difícil.

El secreto de los Bosch [✔]  [COMPLETA|| EN EDICIÓN]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora