—Dígame muchacha, ¿hace cuánto conoce a mi Javiercito?, yo no he escuchado hablar de usted antes— Doña María servía el café a una muy nerviosa Magdalena.
—Bueno señora, yo soy del barrio sabe y pues...lo conozco hace ratillo—La mujer se secaba el sudor frío de las manos y se retorcía los dedos.
—¡Ah caramba! ¿no? ¿sabe qué usted es a la única que este muchacho loco a traído a la casa?— Don Arturo se servía otro pan dulce con queso mientras miraba pícaramente a la invitada.
—Pero ustedes no fueron compañeros de escuela ¿verdad? ¿usted estuvo con Oscarito supongo?— Doña María trataba discretamente de adivinarle la edad.
—Oh no doña María, no soy tan mayor, soy varios años menor que su hijo Oscar— no se iba a dar por menos, ella no era de las que regalaba ese dato sin dar la batalla.
—Entonces es usted mayor que Javier pero menor que Oscar...por mi está bien; ¿no te parece María?— Don Arturo iba ya, por su cuarto pan con queso.
—Sí amor, me parece bien— pero aún con su respuesta doña María seguía algo dudosa. Magda aparentaba un poco más de edad , como si fuera contemporánea de su segundo hijo, Francisco.
—¿Qué te parece el pan de mi Mamá, Magda?— intervino Javier para hacer un poco más amena la conversación.
—¡Delicioso! sabe señora, yo amo la panadería y repostería, soy muy buena pero ésta textura de pan, es un reto para mí.—
—Ay espérese y le explico, viera que fácil que es, el secreto está en el amasado, si lo manoseas mucho se pone duro...— los dos hombres empezaron a reír, Magda se notaba algo avergonzada y Doña María no sabía cuál era el chiste.
—Tus padres son muy lindos Javi, tienes mucha suerte— después de terminar el café, Javier llevó a su habitación a Magda para estar más tranquilos.
—Tienes razón, no me puedo quejar. Desde pequeño siempre han estado ahí para mí. Muchos tienen traumas de la infancia con sus padres...yo no. Sería mentir. Con mis hermanos sí he tenido algunos roces, pero eso ha sido ya de grande—
-¿Y por qué amor? Eres buen hermano, de eso no me cabe la menor duda-
—Dicen que ya la bromita llegó muy lejos y que voy de mal en peor—
—¿Pero a qué se refieren? ¿te drogas o algo así?—
—No no no, ¿cómo crees? No soy de mantener vicios de ese tipo. Pues no te he contado pero ya no le trabajo a mi cuñada y en la librería tengo algunos problemitas. El dueño, el que me quiere mucho se va a retirar y su hijo no me soporta, creo que dentro de poco seré un completo desempleado—
—Bueno, los ciclos se cierran y dan paso a otros mejores, solo buscas otro trabajo y ya. No le veo el problema— Magda notó como el semblante de Javier se tornó sombrío. Ella no estaba en la vida de ese muchacho para darle problemas, sino para pasarla bien juntos.—Mira amor, ya lo solucionarás pero mientras llegue ese día no te preocupes. — Ella comenzó a darle masaje en sus hombros para relajarlo mientras cubría de besos sus rostro.
—Maggie, ¿tú crees que soy un perdedor por ser como soy?—
Magda abrió grande sus ojos — ¡Jamás! no Javi, no te digas así, ¿Sabes cómo te veo yo? ¿De verdad quieres que te describa cómo te ven mis ojos?—
—Sí, dime a ver si yo mismo me puedo comprender un poco, que a veces ni yo me entiendo—
Magda se puso de pie, como si fuera a exponer frente a la clase, muy derechita y con la mirada hacia el infinito como si de verdad estuviera en un auditorio.
"Javier...más que un misterio es un ser humano complejo. Javier es el menor de cuatro hermanos. Cuando nació ya sus padres estaban mayores y fue educado de manera más diligente que sus iguales. Creció teniéndolo todo y no hablo de lujos, no. Creció en un hogar ya consolidado por los años y el fuego del convivir.
Fue el consentido y cada logro que alcanzaba era celebrado por todos. Viste a tus hermanos abandonar el hogar y formar sus familias. Viste como a algunos de ellos no les fue del todo bien, cómo a tu hermano Adrian que se divorció hace años. Y has visto cómo su relación con la madre de sus 5 hijos pasó del amor al odio y eso no lo quieres para ti.
Has visto cómo tu hermano Francisco, ha alcanzado el éxito en su familia y trabajo, pero has notado cómo se ha olvidado de tus padres. Porque su vida es demasiado plena y no hay lugar para nada más, y eso no lo quieres para ti.
También has vivido en carne propia el drama de tu hermano Oscar y por años les brindaste tu mano. Ahora ya no eres del todo apto para trabajar en su gran proyecto solo porque no tienes un cartón enmarcado y colocado en tu pared.
En tu trabajo, has sido de los mejores vendedores de la librería, el más querido por las señoras porque eres amable y atento. Pero eso no le basta al hijo del dueño, no claro que no. El quiere que saques un título para manejar una de las cajas registradoras...¡por Dios!
¿Y Javier? ¿qué piensa Javier?, pues Javier solo quiere vivir. Pasar el mayor tiempo posible con sus seres amados. Estar ahí cuando alguno de ellos necesite algo. LLevarlos a sus citas médicas, ayudar con el almuerzo cada día o simplemente ver la tele con ellos. Javier no quiere pasar sus horas sentado atendiendo una clase por años solo para que al final, termine trabajando en cualquier restaurante de comida rápida.
Javier quiere vivir cómo si cada día fuera el último. Hacer lo que le gusta y estar con quién ama. Javier, quién a sus 29 años, a nadie le ha entregado el corazón porque lo guardó todo este tiempo para mí. Así es mi Javier y así lo quiero."
Javier tragó grueso al escuchar esta última parte, no sabía dónde estaba su corazón. No creía que con Magda pero, no le iba a decir nada después de semejante discurso. Sólo se levantó de la cama y se la comió a besos. Porque un calorcito agradable le recorría el cuerpo, sentía que por primera vez alguien lo entendía mejor de lo que él se entendía y a pesar de eso lo seguía queriendo. El temor constante de cuál fue preso aquella vez hace 12 años bajó su intensidad y decidió abrirle una ventanita de su corazón a aquella mujer que le brindaba un pedacito de cielo.
Él sí se lo merecía o no, no estaba en discusión. Ésta mujer lo adoraba siendo él tal cuál era, ella no lo necesitaba por interés pues nada podía darle más que a él mismo y al contario de Soraya, Magdalena sí lo veía cómo el premio Mayor. Y no se puede decir que aquella mujer no lo conociera pues durante dos años lo ha tratado y aún así piensa de tal manera sobre él.
—¿Maggie, recuerdas aquella pregunta que me hiciste hace dos años?—
—¿Hace dos años? te refieres a cuando nos conocimos, ¿cierto?—
—Sí, ¿pues qué te parece si somos novios?—
—Sí ,sí amor. ¡Si quiero!—
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Javier Un Carajo Místico
RomanceJavier es un adulto joven con problemas para entablar y formalizar una relación amorosa estable. Realiza el viaje del héroe en busca de crecimiento personal. Lucha contra sus demonios para así liberarse de eso que no le permite amar de verdad. Cart...