ALWAYS WITH YOU ⋈ [The Maze Runner]

67.

Capítulo LXVII:

Thomas esperó un par de segundos para que la larcha pudiera controlar sus lágrimas y así le diera una mano para mover al rubio.

Sin embargo, nada les quitaba la horrible opresión en el pecho al tener que ver a una de las personas más importantes de su vida estar así de mal. Entre la necesidad de ambos novatos de moverlo de un lado a otro sin tiempo para que pudiera descansar tranquilamente y la terquedad de Newt, el estado de este último había recaído muy rápido.

Lo que aterraba aun más a Thomas y ________.

—Necesito que hagas un esfuerzo, ¿ayúdame, sí? —habló el castaño en voz baja—. Tenemos que irnos.

Newt asintió casi de forma imperceptible, pero igual logró ser notado por Thomas quién, de inmediato, rodeó la cintura del chico y lo ayudó a ponerse de pie.

La novata se encargaría de que no se tropezaran con nada, además de estar lista por si su amigo necesitaba algún apoyo extra al avanzar.

Las explosiones parecían no tener intención de detenerse y hacían que el suelo temblase continuamente, algunos escombros volaban junto a las balas de personas peleando en toda la ciudad. Pero los larchos, con todo su esfuerzo, seguían adelante.

Llegaron a una plaza rodeada por los rascacielos más lujosos de la ciudad que se encontraba completamente desierta; sabían que cruzando esa larga calle y rodeando el edificio que había frente a ellos se encontraba el berg que ahora les pertenecía.

Lo que significaba que estaban a unos metros de poder huir de todo esto desastre de unas vez por todas. Estarían a salvo de CRUEL.

Thomas empezaba a cansarse y se notaba por la forma en que su marcha se había vuelto más y más lenta con los minutos. Newt ya arrastraba los pies y parecía que su propio peso lo hacía moverse de un lado a otro sin poder mantener el equilibrio por su cuenta.

La novata se acercó a la derecha de Newt y rodeó su cintura con un brazo mientras pasaba el del rubio sobre sus hombros.

Los jadeos y quejidos de los tres se escuchaban cada vez más, el sudor en sus frentes brillaba claramente a causa de la luz y el fuego que los sofocaba, su cabello se pegaba a su nuca y rostro mientras más esfuerzo hacían.

Aunque algo que _______ no notó durante varios segundos era que las lágrimas seguían cayendo de sus ojos en gruesos surcos y morían siempre en el suelo o en su ropa ya bastante húmeda por el sudor. Todo producto del cansancio y la impotencia.

No habían dormido ni comido bien en días, tuvieron que improvisar prácticamente desde el comienzo del plan y saltaron de unos diez pisos de altura, si es que no es más. Era obvio que el cuerpo empezara a sentirse pesado e incapaz de moverse pese a la adrenalina recorriendo tu cuerpo en algún punto.

De un momento a otro, el rubio prácticamente se desplomó e hizo que ambos larchos perdieran el equilibrio y terminaran todos en el suelo. La novata se torció el pie, pero no fue nada grave.