❝Ya lo rompiste una vez, ahora es tiempo de reparar el daño hecho.❞
━━━━ La caja sube a fin de mes como es costumbre en el Área. Sin embargo, ninguno de los jóvenes que ya habitaban el lugar esperaban que llegase un niño, quien para mayor sorpresa...
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Capítulo LXIX:
La reacción más natural de Thomas en cuánto vio a Janson fue colocar a la novata detrás de él para protegerla y retroceder un par de pasos para lograr generar un poco más de espacio entre ellos y la Rata.
________ aún tenía fija su vista en Ava, quién ya no daba ni un rastro de vida. La sangre seguía brotando de su espalda y el charco que se formaba a su alrededor era demasiado impresionante para una mujer tan pequeña. Las ganas de vomitar de la novata se intensificaron cuando el espeso líquido rojo empezó a manchar sus zapatos.
—No se muevan más —ordenó sin bajar la pistola.
_________ bajó la mano hacia su bolsillo, y Janson volvió a rastrillar el arma y apuntó directamente al cuello del castaño.
—¡Dije que no se movieran! —ambos larchos se quedaron estáticos—. Que obedientes. Ahora, vendrán conmigo.
—Ni lo pienses, enfermo. No vamos a seguirte.
—Bueno, no necesito que lo hagan.
La rata dio un par de pasos para acortar la distancia, y antes de que pudieran siquiera procesar lo que estaba pasando, este le colocó un extraño artefacto en el cuello al castaño.
—¡Thomas! —este empezó a tambalearse, pero todavía trataba de cubrir a la novata—. No, no, no...
El chico giró la cabeza levemente hacia atrás y le dedicó una mirada llena de preocupación antes de caer también al suelo. Luego, solo se desvaneció a causa de la droga que parecía recorrer su cuerpo en ese instante.
La larcha rápidamente desenfundó la pistola de su bolsillo y apuntó directamente hacia el hombre, quién tenía la vista puesta en Thomas y seguía con el cañón apuntando a su cuello.
—Un movimiento en falso y prometo matarlo en este mismo instante —la amenazó Janson, al fin alzando la mirada—. Y no parece que quieras perder a nadie más esta noche.
La novata sintió su cuerpo temblar levemente ante lo último, la imagen de Newt empezó a nublar su mente y parecía dominar sobre cualquier otro pensamiento.
Una sonrisa burlona se formó en los labios del hombre.
—Oh... Entonces no me equivoco —empezó a mover la cabeza de un lado a otro, cómo si hubiera hecho un grandioso descubrimiento y no tuviera otra forma de manifestarla. Incluso una pequeña risa se le escapó, haciendo que la rabia e impotencia en la novata aumentara—. La pobre ________ no logró salvar a su novio. No pudo cumplir con su promesa, otra vez.
—¡No te atrevas a hablar de Newt! —gritó ella— ¡Ni siquiera pronuncies su nombre!
Otra risa volvió a brotar de la garganta del hombre.
—¿Qué no me atreva, eh? —Janson sostuvo con mucha más fuerza la pistola y pasó de apuntar el cuello a la cabeza de Thomas, lo que hizo que la novata apuntara hacia su cabeza por instinto— ¡Vuelve a ordenarme qué hacer y prometo descargar todas mis balas en el cráneo de tu amigo!