ALWAYS WITH YOU ⋈ [The Maze Runner]

45.

Capítulo XLV:

—¡Carajo! —grité adolorida.

Me había tropezado a unos metros de llegar a la base de la montaña; mis rodillas ardían y podía ver pequeñas manchas de sangre a través de los orificios que le había hecho a la ropa al caerme.

Mis manos tenían incrustadas unas cuántas piedras diminutas, y me molestaban demasiado además de ser muy dolorosas.

—Newt va a matarme por no evitar que te lastimes otra vez —se quejó Thomas poniéndose a mi lado y ayudándome a ponerme de pie.

Me sostuve de su mano con fuerza hasta estar totalmente erguida, tratando de no preocupado demasiado.

—Deberían estar acostumbrados —comenté con algo de humor—. Siempre me pasa algo antes de algo verdaderamente grave.

—No me lo recuerdes...

Tommy rodó los ojos y pasó un brazo por mi cintura mientras yo me apoyaba en su hombro.

Bajamos con cuidado, pero con prisa, el último tramo hasta el campamento.

Menos mal Thomas me había llevado por una ruta mucho más sencilla y rápida para regresar. Lo que nos ahorró casi una hora de camino.

Cuando pude recuperar parte de mi energía tiré de mi amigo para correr mucho más al notar los primeros helicópteros y acercándose.

—¡No!

Sentí que mi corazón dejó de latir abruptamente cuando vi como un misil era disparado hacia el campamento. Tommy me tiró al suelo por si algo salía volando y esperamos un par de segundos para volver a alzar la vista.

Una parte del lugar ya estaba ardiendo en llamas.

—No puedo creerlo... —murmuró él mientras me ayudaba a levantarme.

—No, no, no... ¡Newt! ¡Minho! —grité ya lista para ponerme a correr.

Thomas me sostuvo de la muñeca y me tiró hacia él.

—Quédate aquí.

—¿¡Estás demente!? —lágrimas caían por mis mejillas y negué con fuerza-. Iré a buscarlos.

—¡No estoy preguntándote! ¡Quiero que te escondas y huyas cuándo puedas! —sostuvo mi rostro con sus dos manos y me miró fijamente—. No quiero que te suceda nada.

Solté un pequeño sollozo y volví a negar.

—No puedo simplemente huir y ver cómo todos mueren -otro helicóptero empezaba a acercarse—. Son mi familia.

Thomas limpió un par de lágrimas que todavía quedaban en mi rostro y luego sostuvo mis manos entre las suyas dándoles un pequeño apretón.

—Yo no quiero que te estés en el medio estando así... —me dio una breve mirada— Saldrías herida.