Al parecer los milagros existen, un malentendido si puede ocasionar una pelea y la sinceridad de esta chica es increíble.
Mateo.
—Si, ¿necesitas que pase a buscarte?— cuestiono mirando la pantalla de mi celular.
—No, tu padre viene a recogerme. No llegues tarde, tenemos que hablar— asiento y mamá se despide de mi.
Cuelga la videollamada y me guardo el celular en el saco del traje.
Acomodo la maldita corbata y despeino mi cabello después entrar al lugar.
Me detengo a observarlo todo.
Es inmenso, las paredes color crema le dan un toque elegante y refinado, hay cuadros, pinturas y retratos por todos lados, además de las esculturas que decoran las esquinas.
Muchas personas caminan de un lugar a otro portando ropas muy finas y sonriendo con falsedad.
Escucho el sonido de un micrófono probándose y me dirijo al lugar.
Voy directo hacia una chica y le quito la goma de su cabello.
—¿Pero que diab-
Se corta a si misma y me mira con furia.
—¿¡Qué haces!?
—No me gusta tu cabello recogido— le pongo la liga en su mano como una pulsera— Lamento lo del otro día en la fiesta.
La castaña me mira con los ojos bien abiertos, la confusión plasmada en su cara.
Y ese es uno de mis problemas, no pienso mucho las cosas sólo me dejo llevar por mis impulsos.
Ella mira hacia el frente ignorándome.
—Buenas tardes— se escucha, miro hacia delante y el señor Lodge está en frente de todos— Hoy es la inauguración del Museo Nacional, me complace haber contribuido a su reconstrucción— todos aplauden.
Miro de reojo a la chica a mi lado y no parece muy orgullosa de la gran obra caritativa de su padre.
—Hoy me acompañan mi mujer Esther— una señora castaña camina a su lado y él besa su mano— Mi suegra Lina— otra señora un poco mayor que ambos se posiciona al lado de la señora Lodge— Y por supuesto mi hija, Livana Lodge— todos aplauden esperando ver a la hermosa hija de este hombre de negocios.
Livana se mantiene inescrutable mirando al frente.
Los ojos de su padre la llaman, toda la sala se queda en silencio, entonces la ojiverde comienza su trayecto haciendo que todos se separen como si ella fuera Moisés y esas personas el mar.
Llega y se coloca con su familia, ahí todos los fotógrafos aprovechan para capturar la esencia de esa familia tan importante. La familia Lodge. Con miembros extremadamente atractivos.
Thalia, quien es una de las fotógrafas que exponen algunos de sus cuadros se queda de pie sin tomarle fotos.
Me acerco a ella.
—Es tu trabajo, hazlo— bufa y comienza a fotografiar.
—Muchas gracias— vuelve a hablar Renato Lodge— Ahora, disfruten de la inauguración.
Todos comienzan a caminar nuevamente admirando los cuadros, entre ellos algunas fotografías tomadas por Thalia.
—No vuelvas a hacer eso ¿me oyes?— escucho su voz pero no me giro a mirarla.
—Como ya te dije, no me gusta tu cabello recogido— insisto y la escucho bufar.
—¿Sigues siendo mi tutor o Thila no te deja juntarte con chicas problemáticas?— cuestiona sonriendo y me giro a mirarla.
ESTÁS LEYENDO
¿Por qué fuiste mi luz?
Novela Juvenil«Y lo amaba porque incluso en mi oscuridad, podía sentir la luz de su sonrisa»