Mateo.
Luego de volver de la casa de la playa nos despedimos, ella tenía cita con su psicólogo y yo tenía que ver a mi familia.
—¡Hola!— digo entrando a mi casa.
—¡STEVE!— chillan las tres mujeres de diferentes edades.
—¡Hijo!— papá se les une y todos vienen hacia mi y me abrazan.
Espero unos quince segundos pero no me sueltan.
—Venga ya, sólo estuve fuera cuatro días— sigo removiéndome.
—¡Fue mucho!— grita mi hermana y me besa la cara.
Todos se separan de mi y me sonríen.
—¿Qué tal la pasaron?— pregunta mi madre sonriendo.
También sonrío pero como tonto.
—Al parecer tengo novia— digo haciéndome el interesante.
—¿¡QUÉ!?— gritan todos a la vez.
¿Dejarán de hacer eso en algún momento o qué?
Me sientan en el sofá y me miran fijamente.
—¡Cuentalo todo!— dice la cotilla de mi prima.
—Pues, no sé. Sólo pasó— digo, creyendo que se quedarán satisfechos.
Vale, me equivoco.
—Pero, ¿cómo? ¿quién le pidió noviazgo a quién? ¿hubo beso?— habla Mer, abro la boca para responder pero Thalia me interrumpe.
—¿Estuvieron todo el día en la casa?— suba y baja sus cejas— Ok, lo diré directamente, tíos tapen sus oídos— ambos lo hacen y me río porque eso debería ser al revés pero no digo nada— ¿¡Hubo sexo!?— exclama sonriente.
—¡Oye!— le reclamo— ¡Mer te está escuchando!
Mis padres destapan sus oídos.
—Venga ya, estoy oyendo a Thalia hablar de sexo, orgías, besos de tres y todo lo relacionado con la sexualidad desde que tengo ocho años, no es nada nuevo.
—¿¡Qué!?— es el turno de alarmarse de mis padres.
Meredith voltea la cabeza aterrada.
—¡Se suponía que tuvieran los oídos tapados! ¡Eso no debían oírlo!— bufa.
—No nos desviemos, estamos investigando sobre la relación de Mateo. ¡SU PRIMERA RELACIÓN FORMAL!
—Gritalo más alto que creo que el vecino no te escucho.
—¡Si lo escuché!— responde por la ventana el señor Jenkins.
—Maravilloso— desbordo sarcasmo.
—¿Y bien?— dice la del cabello plateado— Sabes que no te dejaremos hasta que nos cuentes.
—Fue el primer día que llegamos, le llevé una bandeja de comida y ella me lo pidió. Desp-
—Detente ahí— me corta mi hermana— ¿Ella te lo pidió?— asiento.
—¿¡Qué clase de Taylor eres!? Eres la vergüenza de esta familia, de verdad— dice Thalia volteando los ojos.
—¿Qué tiene? ¿No eres tú la que siempre está hablando de los derechos de la mujer, que pueden hacer las mismas cosas que los hombres y que son independientes y lanzadas?
—Si, pero-
—Pero nada— la corto sacándole la lengua— El formalismo de pedir noviazgo es algo tan antiguo como los vestidos con corsé y los sombreros de copas, es una cosa banal que es prácticamente irrelevante en nuestro siglo XXI, ¿qué importa quién lo pidió? Nos fuimos a una casa en la playa, solos, técnicamente ya éramos novios solo que no lo habíamos formalizado, ¿puedes dejar de una vez de— me detengo viendo como todos están prácticamente dormidos.
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¿Por qué fuiste mi luz?
Genç Kurgu«Y lo amaba porque incluso en mi oscuridad, podía sentir la luz de su sonrisa»