Capitulo 22: Una ilusión rota.

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Mientras atardecía durante un día lluvioso, a Narvi se le ocurrió la idea de organizar una fiesta de té con Kanato para distraerlo de su agobiante sentimiento hacia el clima presente, por lo que al entrar a la habitación de Kanato su entusiasmo de pronto se apagó al ver a Kanato mirando la lluvia petrificado, de pronto cayó un rayo el cuál pudo vislumbrar el rostro de Kanato deformado por la tristeza y sus ojos llenos de lágrimas apenas él dirigió su mirada hacia ella, quien estupefacta no sabía cómo reaccionar y de un instante a otro, él tomó a Narvi de la mano y la metió a su habitación bruscamente.

- ¿¡Kanato estás bien!? – preguntaba Narvi mientras veía cómo Kanato lloraba desesperadamente – te ves terrible... ¿qué te ocurre?.

- Na... Narvi... ¡Por favor no me abandones! – exclamó Kanato mientras la abrazaba fuertemente – ¡No te vayas! ¡No me dejes sólo!.

- ¡Tranquilo Kanato! ¡Relájate! ¿Dime qué te ocurre? – preguntaba Narvi abrazándolo de vuelta.

- ¡Ya no lo aguanto más! – lloriqueaba Kanato seguido de tomar a Narvi de sus muñecas – ¡Narvi te lo ruego! ¡Quédate a mi lado por favor!.

- Kanato... mírame, aquí estoy – consolaba Narvi a Kanato – estás muy agitado, respira lentamente y dime qué te ocurre para ver cómo puedo ayudarte.

- Es desesperante... cada vez que llueve... y ahora que estoy contigo... yo tengo miedo – explicaba Kanato después de calmarse de su crisis de angustia – tengo miedo de perderte Narvi... cuando no estás a mi lado, yo... temo que un día vaya a buscarte y no estés.

En ese momento Narvi se acordó de lo que Ayato y Laito le hablaron sobre la muerte de su madre Cordelia, esa respuesta clave le bastó y le sobró a Narvi para poder comprender mejor a Kanato, las piezas del rompecabezas estaban finalmente en su lugar.

- Tranquilo Kanato, no te voy a abandonar – dijo Narvi colocando su pecho en la cabeza de Kanato para abrazarlo.

- Narvi... creo que el tiempo que estuvimos juntos sólo te he dado miles de razones para dejarme - dijo Kanato secándose las lágrimas en la ropa de Narvi – pero... aún así insistes en quedarte a mi lado ¿por qué?.

- Porque nadie como tú se merece ser abandonado – respondió Narvi acariciando el rostro de Kanato – finalmente lo entiendo, yo antes no te comprendía, pero ahora que lo sé, con mayor razón no te abandonaré, me lastimabas para asegurarte de que no te dejara, la marca de tu mordida en mi pecho aún está intacta, no la desaparecí con mis lágrimas porque esa era la respuesta.

- A pesar... de todo lo malo que te he hecho... ¿aún así quieres seguir a mi lado? – preguntó Kanato dejando de llorar.

- Aún así voy a seguir a tu lado Kanato, te lo prometo – respondió Narvi seguido de darle un beso en la mejilla.

- Me encantaría borrar todas las heridas que te hice alguna vez – dijo Kanato con un nudo en la garganta.

- No Kanato – dijo Narvi mirándolo a sus ojos cristalizados – primero hay que sanar las tuyas... y yo me encargaré de eso.

Ambos estuvieron abrazados en la cama por un prolongado tiempo hasta que Kanato se acordó cuando Narvi entró a su habitación para preguntarle qué era lo que le iba a decir, entonces Narvi dijo que quería hacer una fiesta de té con él a lo que Kanato acepta, pero esta vez le pidió a Narvi que no usara su vestido y que solamente se quede vestida como estaba, con su polera negra y sus jeans oscuros.

Narvi bajó a la cocina emocionada para ir a hacer algunas cosas para la fiesta de té hasta que Reiji entró a la cocina mirando fijamente el té con leche que Narvi estaba preparando

Protection: La guardiana de Yui KomoriDonde viven las historias. Descúbrelo ahora