Capitulo 26: Redención.

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Esa misma noche, Azusa, Narvi y Ayato se encontraban en la habitación de ella, luego de que Ayato y Narvi terminaron de charlar, a Narvi le dio un calambre en la espalda tan fuerte que por poco se cayó del techo y de no haber sido por Azusa, quien de suerte vino a visitarla como de costumbre, Narvi se hubiera estrellado contra el suelo

- Ayato... ¿podrías... explicarme por... qué mi Narvi... se cayó del... techo? – preguntó Azusa mientras presionaba sus manos en la columna de Narvi – ¿tú... la empujaste?

- ¡Ya te dije que no la empujé! – reclamó Ayato – estábamos hablando y de repente se le acalambró la espalda y apenas podía moverse, intenté ayudarla pero se me resbaló.

- Es que me dio un calambre muy fuerte en la espalda apenas vi a esas modelos tuyas en bikini – dijo Narvi mientras estaba acostada de espalda – de veras no entiendo cómo cojones esas mujeres pueden caminar con ese horrible sobrepeso que tienen en los pechos.

- Ah, Narvi... quiero creer que ese calambre en la columna fue algo mental – dijo Ayato seguido de palmarse la frente mostrándose incómodo – pero me cuesta creerlo. Bueno, veré si le puedo explicar lo de los regalos a Chichinashi sin que ella muera en el intento como tú.

- Te deseo suerte Ayato – finalizó Narvi plácidamente mientras Azusa seguía "masajeándole" la espalda.

- Y a ti Única y Detergente, te deseo suerte con Kanato – dijo Ayato alejándose – no olvides que debes ir a verlo, así que trata de no atrasarte.

- Cariño... esa voz... llena de... placer... ¿significa... que te... está... doliendo? – preguntaba Azusa sonrojado – ¿mi masaje... te duele? Me... siento... tan feliz... de poder concederte ese... placer.

Mientras Azusa seguía presionando con fuerza la espalda de Narvi, ella no paraba de pensar en qué era lo que iba a pasar si se presentaba en la celda con Kanato, aún se cuestionaba si acceder a la citación o no, tenía mucha intriga pero la ansiedad le estaba jugando en contra, su estómago estaba revuelto que parecía una orquesta de lo mucho que le sonaba.

- Tu cabello... las puntas... las... tienes naranjas – comentó Azusa preocupado – ¿te... pasa algo?.

- No quiero ir Azusa – dijo Narvi angustiada seguido de cambiar de golpe el color de sus puntas durazno a un azul pálido – no tengo que hacerlo.

- Mi amor... debes... ir – dijo Azusa consolándola – Kanato... te necesita.

- Es que no entiendo estos malditos sentimientos – reclamó Narvi – es que cuando estoy contigo, mi corazón sólo tiene lugar para ti... pero cuando estoy con Kanato... de pronto mis sentimientos cambian, ése mismo amor que siento por ti lo siento también hacia Kanato.

- Eso ya lo sé... Narvi – dijo Azusa sorprendiendo a Narvi por ese cambio repentino en su forma lenta y tranquila de hablar – sé que amas a Kanato... ese temor que le tenías antes ya lo vi, en mí, lo que antes era temor poco a poco fue cambiando... a un sentimiento tan poderoso e irrompible como el amor.

- Pero... Azusa... si ya lo sabías, entonces ¿por qué aun sigues conmigo? – preguntó Narvi.

- Porque me amas, yo no te abandonaría... por nada en el mundo – respondió Azusa sonriéndole a Narvi tiernamente – me impresiona lo mucho que me amas... es demasiado, que estoy dispuesto a compartir ese amor... con Kanato, pero lo único que le pediría a Kanato... es que sepa valorar tus sentimientos por él... así como yo lo valoro.

Después de que Azusa le dijera esas profundas e inesperadas palabras, Narvi finalmente en compañía de Azusa y junto a su disposición decidió enfrentar la situación como correspondía, mientras los dos se encaminaban por los oscuros escalones, el momento tan ansiado cada vez se acercaba más en 2 pares de pasos que rompían el silencio deprimente de los túneles hasta llegar a la celda. Justo en el lugar se hallaban Reiji esperándola en medio del túnel con una llave, Laito y Ayato se encontraban en la celda acompañando a Kanato para ponerlo a prueba para ver si su comportamiento era mérito para sacarlo esa misma noche.

Protection: La guardiana de Yui KomoriDonde viven las historias. Descúbrelo ahora