Capitulo 29: La leyenda urbana del apartamento 402.

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Durante la madrugada, los Sakamaki se estaban preparando para dormir y descansar luego de una dura huida hasta que algo les llamó la atención, en ese momento llegó Subaru sintiéndose terrible como si estuviera enfermo y así como entró bruscamente a la habitación se encerró en su ataúd no sin antes advertirles sus hermanos que no quería ser molestado por nadie, cosa que los dejó preocupados pero en lugar de interferir y tratar de hablar con él prefirieron hacerle caso, sin embargo, estaba en los planes de Shu para mañana intentar averiguar qué le sucedía a Subaru. Antes de que se durmieran todos, Laito estaba a punto de subirse a la parte de arriba del camarote pero eso no estaba planificado para Ayato, quien aprovechó la oportunidad de usar a su hermano como "escalera" para quedarse con la parte de arriba

- ¡Gracias por ayudarme a subir ahí Laito! – agradeció de forma burlona Ayato escalando sobre la espalda de Laito.

- ¡Ay! ¡Ayato eso no es justo! – reclamó Laito – ¡Yo la vi primero!.

- ¡Ni hablar! – reclamó Ayato – el lugar de Su Majestad es siempre estar arriba.

- A eso se le llama represión ¿lo sabías? – comentó Laito.

- ¡Cállate! ¡Yo gané estar aquí porque mi lugar es siempre estar arriba! – reclamó Ayato.

- En este caso yo no te dejaré dormir si tú no me dejarás soñar Su Majestad – dijo Laito seguido de patearle el colchón.

- ¡Deja ya de patearme Laito! – gritó Ayato – ¡ya perdiste tu oportunidad de dormir aquí!.

- ¿Podrían guardar silencio ustedes dos? – les pidió Kanato – Teddy y yo tratamos de dormir.

- ¿¡Por qué mejor no te callas tú Kanato!? – dijo Ayato – ¡en cuanto a ti maldito pervertido a la próxima que te exija que dejes en paz a Su Majestad te voy a partir la cara!.

Mientras Laito insistía en patear a Ayato por debajo y Ayato le retaba, Kanato trataba de dormir pero su paciencia poco a poco se le estaba agotando mientras veía cómo Reiji callaba a Ayato y a Laito. Por otro lado los Mukami escuchaban todo el escándalo desde su habitación y simplemente se lo tomaban con humor la situación. En una oportunidad, Ayato se puso al borde del camarote asomándose para frenar de una vez a Laito y éste, maliciosamente aprovechó su oportunidad dando una última patada causando que Ayato se cayera de la cama

- ¡Sabía que no ibas a durar ahí mucho tiempo Su Majestad! – dijo Laito entre carcajadas.

- ¡Ahora sí que sobrepasaste los límites Laito! – gritó molesto Ayato – te voy a dar una lección que jamás olvidarás en tu eterna vida Hormonas Disparadas.

- ¡Cállense ustedes dos de una vez maldita sea! – gritó Subaru desde su ataúd dándole fuertes golpes a éste mismo – ¡si escucho una vez más sus miserables voces los voy a despedazar!.

- ¡Paren este escándalo! – alzó la voz Reiji seguido de lanzarle una almohada con todas sus fuerzas a Ayato – mañana después no van a querer levantarse ¡así que buenas noches!.

Finalmente en completo silencio Laito aprovechó de subirse a la parte de arriba del camarote y Ayato malhumorado se quedó en la parte de abajo del camarote.

A la mañana siguiente, Subaru se despertó ya un poco mejor pero el único malestar que lo impedía salir de su ataúd era la vergüenza que le revolvió el estómago luego de haber toqueteado agresivamente a Narvi, su mente no paraba de retratar rostro de confusión y miedo que vio en ella y aquellas palabras de odio que Narvi le dictó no paraban de zumbar en su oreja, por lo que decidido a buscar algo de paz, optó por disculparse con ella y hacer lo que ella no quiso hacer en ese momento que fue dialogar bien las cosas sin filtros, ya que a pesar de que jamás le ha mostrado signos de querer sostener una amistad con ella, él deseaba muy en el fondo tener a Narvi como amiga ya que con el paso del tiempo, él ha visto lo buena y paciente que fue con sus hermanos, así sintiendo una profunda admiración por ella y verla como un claro ejemplo a seguir.

Protection: La guardiana de Yui KomoriDonde viven las historias. Descúbrelo ahora