Capitulo 24: Cuando el agua se cristaliza.

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Luego de ver a Kanato encadenado y privado de libertad, Narvi y Azusa salieron del lugar teletransportándose lo más lejos posible del lugar para pasar desapercibidos, al llegar a una de las habitaciones de la mansión, Narvi buscaba a Azusa mirando por los alrededores de la habitación y al ver el retrato de aquella mujer de cabello largo púrpura y los ojos verdes se percató de que terminó en la habitación de Kanato, por lo que no tardó en notar que Teddy se encontraba sentado en la cama a lo que Narvi lo vio detenidamente con muchísima pena mientras recordaba cuando estaba emocionada por darle el peluche a Kanato como regalo de parte de una anónima, luego se acercó a la cama y tomó a Teddy para abrazarlo

- Tranquilo Teddy... te prometo que sacaré a Kanato de ese horrible lugar lo más pronto posible – dijo Narvi entre lágrimas mientras abrazaba al osito de peluche – pero mientras él no esté, yo te voy a cuidar, lo prometo, te cuidaré muy bien como Kanato te cuida a ti.

- ¿Qué tal te fue allá abajo Inoue Narvi? – preguntó Reiji apareciendo entre los rayos de luz de la luna que penetraban los grandes ventanales – antes de que te lo preguntes, acabo de enterarme de tu visita nocturna, a la cuál por cierto: no te he dado la autorización para ir, a la celda en donde está Kanato, Azusa me lo contó, le solicité el favor de seguirte e informarme acerca de cada movimiento que des.

- Pero... tengo que ver a Kanato, hubo un malentendido entre él y yo, por favor Reiji, si quieres castígame con lo que sea por no haberte hecho caso, pero tengo que resolver este enredo – dijo Narvi firmemente – ¿por qué no puedo verlo?.

- No queremos que vuelva a ocurrir un accidente como la otra vez – contestó Reiji – recuerda que él enloqueció cuando te vio con Azusa y él provocó tu ira.

- ¡Reiji por favor! – insistió Narvi – tengo que hablar con él.

- Ah... santo cielo – exhaló Reiji mientras se dirigía a la puerta de la habitación de Kanato – mañana antes del anochecer, a primera hora te quiero ver en la entrada del subterráneo, sé puntual.

A la mañana siguiente, Narvi se estaba preparando para tomar un baño hasta que fue interrumpida por Yui, quien llamó a su puerta para preguntarle si podían bañarse juntas y Narvi aceptó la compañía de Yui con la necesidad de distraerse de todo lo que estaba ocurriendo en su entorno.

- Así que ahora te quedaste con Teddy – comentó Yui mientras ayudaba a Narvi a jabonarse la espalda.

- No quería dejarlo tirado en la habitación de Kanato – afirmó Narvi incómodamente mientras pensaba en cómo evadir el tema – Yui... últimamente he notado que no andas con Ayato muy seguido ¿ocurrió algo entre ustedes?.

- Ayato ha cambiado conmigo, de la nada me da regalos pero yo prefiero evitarlo cuando me da cosas – respondió Yui.

- ¿Por qué lo evitas? – preguntó Narvi intrigada.

- A veces creo que si me da esos detalles va a querer chuparme la sangre como recompensa – dijo Yui un poco triste.

- Pero cuando él te daba regalos no te pedía la sangre ¿o sí? – preguntó Narvi en señal de alerta.

- Él no me ha mordido, si quieres revisa tú misma – contestó Yui descubriendo su cuello.

- Si no es ése el caso ¿para qué evitarlo? – preguntó Narvi extrañada.

- Dudo que él sea detallista conmigo a base de nada – insistió Yui con lágrimas – es decir, valoro el hecho de que Ayato sea así de gentil conmigo pero... tengo miedo de que algún día tenga deseos de beber mi sangre y me ataque cuando esté desprevenida.

Protection: La guardiana de Yui KomoriDonde viven las historias. Descúbrelo ahora