44. Erradicar

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Dionisio:

Odio

Enojo

Ira

Impotencia

Naomi Damar.

Me he preguntado infinidades de veces como seria el momento en el que tuviera a la causante de mis desgracias frente a mi, han habido tantos escenarios y situaciones, pero jamás creí que seria uno tan simple después de que puse mis condiciones al tipo del sombrero de copa.

Ha aceptado verme.—Pienso teniendo la mirada imponente característica de Naomi Damar, lleva un vestido claro, que le llega hasta las rodillas y se baja al doblar las piernas, encima le cubre un saco negro y las manos las tiene apoyado sobre su regazo, mientras la espalda en el respaldar del asiento.

Cuesta creerlo, pero de haberlo sabido...

Las manos se me cierran formando puños mientras la detallo y cuanto más lo hago más crece mi enojo.

Es ella, es Naomi Damar, la misma causante de que Greek God no exista más, la misma que se cobro todas esas vidas el 31 de diciembre, la responsable de que Hermes perdiera una pierna y la principal ejecutora de Nicole.

Recordarla me hace que me de jaqueca, porque ahora que tengo aquí a esta mujer experimento muchas emociones y todas referentes al odio, su presencia impone como antes y su imagen relajada incrementa mi ira y frustración.

—¿Te ha dejado en shock verme aquí, Dionisio?.—Se adelanta, sus ojos me examinan mientras mueve la cabeza.—Estoy decepcionada, te acogí y creí que con eso seria suficiente para conocerme, ahora lamento que no lo fuera.

La expresión le cambia y se vuelve más dura, pero me queda claro que desafiarla no es algo que debí hacer y la prueba esta aquí, porque ha venido sin importarle nada, mucho menos que estuvieran siguiéndola.

O solo se aprovecho de que no le creería, aun así es arriesgado y esta aquí.

—Arriesgarte para cumplirme el capricho... ¿Es algo que Naomi Damar haría?.—Digo con ambas cejas juntas.

—De haber actuado de forma imprudente, ya estarían rodeando el coche. Soy tan famosa que no dejan de buscarme.

Ignoro lo divertido que intenta volver esta situación, mientras yo solo siento  un enfado que no deja de crecer.

—Dime una razón para no poner mis manos sobre tu cuello ahora mismo.

El tipo a su lado se pone rígido y ella lo frena colocando una mano hacia adelante, la sonrisa no tarde en mostrarse en el rostro de esa mujer, una sonrisa confiada y decidida.

—Ese lado agresivo no lo conocía.—Se burla.—Lo esperaría de Zeus o Hades, aunque ellos irían directo a mi cuello.—Se lleva las manos al lugar y lo baja riendo.—Pero ese no es el punto, siempre imagine que eras de los más mancitos, como Eros, Hermes.

Mantengo mi silencio y ella suelta un suspiro.

—Como extraño a mis niños.

—¿Extrañar?.—Cojo la palabras mientras sus ojos vuelven a mirarme fijos—¿Al menos te crees capaz de sentir algo?

—Lo hago, soy humana.

—Con todo lo que has echo me es difícil creerlo, Naomi.

—No espero que lo entiendas y no estoy aquí para convencerte.—Me corrige y se queda viendome.—Debes estar muy furioso, Dionisio.

—No tienes idea de lo que siento.

—Lo entiendo, después de lo que paso... y ahora que perdiste tu escuela de baile y el de Eros ..—¿Qué?

—¡Hija de puta! ¿¡Qué fue lo que hici...—Me abalanzo hacia ella, pero el tipo a su lado de detiene sujetándome contra el respaldar del asiento.

—Solo moví contacto, Dionisio. Si a alguien le intereso la zona, ese ya no es problema mío.

—Maldita hija de...

Se ríe.—Puedes maldecir o agradecerme, sabemos que no es un lugar seguro, en algún momento hubiera ocurrido un derrumbe.—Ella encoge los hombros.—Como yo lo veo le salve la vida a ti y tus estudiantes.

Lo peor es que su tono indica que en serio lo cree.

—Me debes una, me parece.

—No te debo nada.—Dejo de forcejar con el sujeto.—No te voy a dar nada por este gesto errado que llamas solidaridad.

—No será así si lo deseas y me dejas mostrarte.

—¿Mostrar qué?

—Lo que quiero erradicar, el error que cometí.—Continua.—No voy a solidarme contigo, solo quiero mostrarla verdad, una que tu ya sabes y muy en el fondo, me das la razón.

Bajo la mirada por un segundo, pero la vuelvo a subir.

—Diriges tu odio hacia las personas equivocas, Dionisio.

El corazón me late rápido y mi cerebro analiza, hasta comenzar a entender mi razón de porque no me fui contra ella cuando la vi.

No es solo Naomi, no solo se trata de ella. Ojala lo fuera.

—¿Y según Naomi Damar quienes son las personas correctas?

Sonríe con mi respuesta y me da una sola.—Savanna y Eros.

Agrando los ojos.

—Greek Gods era perfecto antes de que ella llegara y que Eros me traicionara. —Continua.—¿No lo crees? 

No respondo.

—Greek Gods aun existiría y ella también...

Me tenso y junto las cejas al escuchar su nombre, Naomi aprovecha y sigue estableciente un punto, el cual me hace tomar una decisión  final.

—¿No crees que debemos eliminar a los verdaderos responsables nuestras desgracias, Dionisio?

Greek Gods : El Secreto de DionisioDonde viven las historias. Descúbrelo ahora