29. Invitación

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Dionisio:

—Lo lamento por Naisha pero no podré ir. —Comenta Maan, mientras sigue reparando el sari. —Tengo que terminar las costuras de este sari y otros seis más para el lunes.

Maan ha empezado a trabajar como costurera, he dejado claro que no necesito ayuda, pero ella ha insistido y al final cedí mientras el trabajo se realice en casa. En cuanto a Anjali, sigo enojado con ella, a pesar de haberlo hablado.

—Yo puedo ir. —Anjali intenta quitarme la invitación que llevo en las manos.

—Tú no vas a ir. —Junto las cejas.

—¿Por qué.. —Se calla al notar mi mirada.

—¿Y lo preguntas..?

—¡Es injusto, Rahul!

—A mí me gustaría ir. —Interviene Naya con emoción.

—Tu eres muy pequeña aún, esta es una fiesta para adultos.—Le aclaro a mi hermana menor.

Ambas se quejan y empieza a darme jaqueca, Maan se ríe disfrutando de esto.

—Aun así, Rahul. Sería muy grosero si ninguno asiste. —Me indica. —Naisha nos invitó con mucha ilusión... ¿Por qué no vas a mi lugar?

Voy a negarme, cuando mi hermana añade:

—Sí y puedes llevar a Jade.

Maan sonríe, le agrada la idea. —Esa es una gran idea, invita a Jade.

—¿Tendrás una cita con Jade, Rahul?. —Los ojos de Naya brillan. —¿Tendremos una hermana?

Suspiro.

—Jade solo es una amiga.

Y esposa.

Tengo que dejar de plantearme eso.

—Decidido, llevarás a Jade. —Dice Man con una sonrisa, si por ella fuera ya me hubiera amarrado en matrimonio.





Jade:

—No intentes levantarte.—Le pido a Esmeralda, pero ella es bastante terca.—Esmy.

Ella aprieta los ojos y termina desistiendo al notar mi preocupación, pero es más porque parece cansada. Esmeralda me examina aun acostada.

—¿Te quedaste a dormir conmigo?—Pregunta incrédula.

Sonrio.—Somos hermanas ¿No? y no soy la única.—Pongo la mirada donde se ubica nuestro perro San Bernardo, durmiendo en el suelo.

Una sonrisa hace elevar las esquinas de sus labios.

—Y así quieres lucrar con el.—Digo mirando al pobre de mi perro.

—A Yako le gusta apoyarme.

—Como digas.

Regreso los ojos a mi hermana y mi sonrisa se borra.

—Anoche...

Regresa su atención a mí.

—¿Recuerdas que paso anoche?.—Le pregunto y Esmeralda mantiene la mirada en el techo.—Ayer...

—Sí, ayer..

—Quisieron asaltarme ¿No?.—Parece que su memoria está clara.—Luego sentí que me golpearon en la cabeza.

Trago saliva.—¿Y no viste al atacante?

Ella niega con la cabeza.—Estaba oscuro, apenas lo reconocí...

Greek Gods : El Secreto de DionisioDonde viven las historias. Descúbrelo ahora