Greek Gods : El Secreto de Dionisio

8. Trato

Dionisio.

—¿Entonces está decidido?.—Insiste Ranjit, otra vez .—¿No ayudarás a la hermosa señorita que vino a verte el otro día? 

Apago la música y me vuelvo hacia el, quien acaba de entrar a mi clase ya finalizada.

—Su nombre es Jade.

—Pero es hermosa. ¿Vas a negarlo? —Dice con una sonrisa.

—Inténtalo con ella si así te parece. ¿Existirá el día en que dejes de escuchar conversaciones o que?

—Estas tan de malhumor que ni te das cuenta que prácticamente le gritabas que no.

—Espero que lo notara. —Me siento al lado del reproductor, buscando las siguientes cintas para la próxima clase. —No quiero verla aquí de nuevo.

Ranjit camina hacia mí y se sienta a mi lado.

—El premio es jugoso y dijo que te lo daría todo a ti.

Levanto la mirada.

—No, ya sé lo que estás pensando. —Agrego, Ranjit sonríe. —La respuesta es no.

—Oh, vamos, con el dinero podrías ayudar a tu familia, a Greek Gods también y hasta podría ayudarnos un poco aquí.

Pongo la mirada en las paredes viejas, en los espejos pegados con cinta y uno que otro poco cayéndose contra el suelo.

—Seria bueno.—Ranjit encoge los hombros.

—Sabes que quiero ayudar.

—También te serviría a ti, a mantener la mente ocupada que es lo que necesitas.

Arqueo una ceja. —Ya tengo la mente ocupada... ¿Estoy viniendo, no?

—Si, aunque estés aquí no te siento presente.—Chasquea los dientes.

—¿Acaso alguno de los chicos tiene quejas?.—Pregunto confundido. Ranjit niega.—¿Entonces que..? Estoy volviendo a las clases y si no hay quejas, solo eso quiero hacer por ahora.

Ni siquiera estoy en un 100% de ganas para volver al baile, mis trabajos son por compromiso, pero la pasión que tenía por bailar no es la misma.

—Un paso a la vez.

—¿Por qué no dos a la vez?

Junto ambas cejas.—Ranjit, si tanto quieres ayudar, ofrecerte tu con ella. Jade trabaja frente a lo que era Greek Gods.

—¿Crees que no lo haría? Pero no soy tu, ni Eros, no soy el mejor bailarín de esta escuela que los tres creamos y no soy quien necesita ayuda.

Sonrio. —¿El baile me ayudará?

—¿Por qué no? Amas bailar.

Golpean la puerta y al poner los ojos ahí, descubro al nuevo equipo de diez estudiantes que han ingresado.

—¿Podemos pasar?

Ranjit me da un golpe en el hombro. —Nos vemos después y piénsalo.—Lo ultimo prácticamente me lo ordena.

Coloco el CD mientras los chicos se ubican en sus lugares e inicio a mi clase.

(***)