02. Callejón diagon

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— Me dio gusto haberte conocido, te deseo lo mejor en este año nuevo en Hogwarts —me dijo Molly una vez cerca de la chimenea para irnos.

— El gusto es mío, gracias por la invitación —le contesté esbozando una sonrisa y miré a los gemelos que estaban a su lado— son muy agradables, espero verlos más seguido.

— Claro que nos veremos más seguido —contestó Fred.

Nymphadora, Remus, Sirius y yo nos despedimos de los Weasley y de los Potter, cuando me tocó despedirme de Harry admito que me puse un poco nerviosa por dentro pero no lo aparenté.

— Nos vemos luego Harry —le dije ofreciendo mi mano como despedida y el la tomó.

— Nos vemos —respondió con una sonrisa dejando ver sus dientes perfectamente alineados y blancos.

Retrocedí unos pasos entrando a la chimenea y agité la mano despidiéndome, Remus dijo un nombre extraño y cerré los ojos, los abrí de nuevo y estábamos en otra chimenea pero de una casa con colores más apagados.

— Déjame ayudarte —me dijo Remus tomando mi baúl y lo sacó de la chimenea, le agradecí y di un paso en la alfombra.

— No es la gran cosa pero tenemos de todo, espero sea de tu agrado —dijo Sirius quitándose su abrigo y dejándolo en el sofá gris.

— Debes estar bromeando, sea como sea yo estoy bien, gracias por dejarme quedar en tu hogar —respondí y Sirius me sonrió.

— Bueno, voy a enseñarte la habitación, vamos —dijo Nymphadora llamando mi atención y yo la seguí.

Subí las escaleras con mi baúl arrastrándolo hasta detenernos frente a una habitación, la puerta ya estaba abierta y se dejaba ver una cama individual con una cobija amarillo claro, una mesita de noche a su lado, una alfombra gris y daban ganas de acostarse en ella, una ventana que daba vista a la calle ya nocturna.

— Dejaré que te acomodes, aunque no tanto porque te vas en dos días.

— Está bien, gracias Nini, por decidir traerme contigo y hacer que tenga una vida nueva.

— No tienes de que agradecer, eres mi hermana y yo haré lo que sea por que tu estés bien.

Nos dimos un abrazo y me sentí tan bien, acarició mi cabello y salió para dejarme acomodar mis cosas, me senté en la cama y miré el baúl con flojera. Me levanté y saqué una pijama y cosas de cuidado personal, salí con las cosas en mano en busca de un baño y a final del pasillo pude ver a mi hermana y a Remus platicando muy de cerca, abrí más los ojos sorprendida y para no interrumpir retrocedí a la habitación. ¿Acaso mi hermana y Remus están saliendo?

No es que esté mal, solo que me sorprende, si, se llevan unos años pero jamás me lo hubiera imaginado.

Olvídalo, solo estaban charlando, no creo que signifique algo más, ¿o si?

Misteriosamente asomé la cabeza para verlos y seguían charlando, ni una pista de besos o caricias, Remus estaba recargado en la ventana abierta y de lado veía a mi hermana que también estaba recargada en el marco de la ventana, supongo que por el tamaño de la ventana es que estaban tan cerca charlando, si, tal vez sea eso.

Esperé unos minutos y escuché los pasos acercándose cada vez más y yo corrí a la cama pero fue un poco tarde porque escuché la risa de mi hermana.

— Andamos de espías eh —se burló y yo la miré.

— Quería preguntarte donde había un baño pero tampoco quería interrumpir.

— No pasa nada, te diré donde está el baño, vamos —me levanté de la cama y con mis cosas la empecé a seguir— y por cierto, no hay nada entre Lupin y yo, solo trabajamos juntos.

Asentí comprensiva y llegamos al baño. Esa noche dormí como nunca, la mañana siguiente me levanté a buena hora ya que hoy iría al callejón Diagon con mi hermana y Remus a comprar los útiles necesarios para el nuevo año. Debo decir que estaba un tanto emocionada ya que siempre han hablado bien de Hogwarts y de lo bien que imparten las materias.

— Hora de irnos —anunció Remus desde la planta baja y tomé mi bolso rápidamente pasándolo por el hombro junto con mi varita y bajé corriendo.

— Ahora si, ya tengo la lista —dijo Nymphadora con un sobre en mano acercándose a la chimenea.

A través de los polvos flu llegamos a lo que llamaban el callejón Diagon, salimos de la tienda y en la calle habían bastantes tiendas mágicas.

— Bien, esta es la lista —empezó a decir Nymphadora mirando la lista pero fue ignorada cuando mis ojos se enfocaron en una librería y me acerqué a ella lentamente— eh, ¡espéranos!

Entré a la librería y mis ojos quedaron fascinados al ver varios estantes llenos de libros y unos que otros moviéndose en el aire para acercarse a la gente que los solicita.

— Increíble, ¿no? —dijeron a mi lado y me asusté de lo cerca que estaba, volteé y era Hermione con un buen cargamento en sus manos.

— Veo que también te gustan los libros —dije.

— Oh si, estos son para la escuela pero sin duda me llevaré unos aparte para mis tiempos libres.

— Genial —respondí.

— Si. ¿A ti te gusta leer?

— Es lo que mas suelo hacer —contesté con una sonrisa y ella me volvió a mirar con una sonrisa.

— Si esto te parece asombroso deberías ver la biblioteca de Hogwarts, cuentan hasta con una sección prohibida, he leído algunos libros de ahí y te dejan bastantes cosas que pensar.

— Vaya, espero con ansias conocer esa biblioteca —le contesté y justo en eso llegó Nymphadora con Remus.

— ¡Oh hola! —saludó Hermione a los adultos.

— Buenas tardes señorita Granger —contestó Remus.

— ¿Qué tal? —le dijo mi hermana a la chica y vio sus manos— ¿son de la escuela?

— Si, en el pasillo tres encontré varios de ellos por si quieren ir a buscarlos.

— Gracias —le dije y ella me dedicó una sonrisa.

— Los dejaré para que sigan su búsqueda, hasta luego —se despidió Hermione y se alejó con todos los libros cargando.

— Ya que estamos aquí vamos por esos libros —dijo Nymphadora.

— Vamos —respondí, antes de que entráramos a uno de los pasillos miré la dirección por la que se había ido Hermione y dio la casualidad que vi a Harry.

Hermione había llegado con el y Harry le ayudó a cargar sus libros en lo que ella seleccionaba más de ellos, la voz de Remus me sacó de mi transe y regresé con ellos. Tomamos los libros necesarios y salimos de la librería, pasamos a una tienda de uniforme de Hogwarts ya que según Remus tenían que asignarme una casa y eso sería hasta mañana por la noche al llegar a Hogwarts. Remus se separó de nosotras por un rato en lo que terminábamos de comprar las demás cosas como frascos, un caldero, entre otras cosas.

Terminando nos acercamos a un lugar para comer ya que estábamos hambrientas cuando llegó Remus con una linda lechuza blanca.

— Un pequeño regalo de mi parte —dijo esbozando una sonrisa y me extendió la jaula con la lechuza dentro, una gran sonrisa se me formó en el rostro.

— Wow, muchas gracias Remus, realmente lo aprecio mucho —hablé sin borrarme la sonrisa del rostro.

— No hay de que, ahora puedes ponerle un nombre.

— Vaya, difícil decisión —contesté.

— Esta bien, tienes para pensarlo, vamos a comer —respondió.

— Que lindo detalle —le dijo Nymphadora a Remus y el sonrió.

Hmm, muy sospechoso.

—littlewadsworth

𝐒𝐞𝐜𝐫𝐞𝐭 𝐬𝐦𝐢𝐥𝐞 harry j. potterDonde viven las historias. Descúbrelo ahora