28. Yule Ball

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— Tu —me señaló sonriendo—. Eres lo mejor que me pudo pasar, te quiero tanto.

— ¡Potter! ¡Tonks! ¡Hora de irnos! —exclamó McGonagall y los dos apresuramos nuestro paso.

· · ·

Por fin, ha llegado el día del baile.

No es que me alegre por bailar frente a cientos de personas, si no porque significa que mañana podemos regresar a casa.

Oh si, unas buenas vacaciones.

Tomé mi ducha como de costumbre, solo que esta vez tardé un poco más de lo acostumbrado. Ya en el dormitorio me coloqué el vestido, Luna quiso ayudarme con el pelo y al mirarme al espejo parecía alguien muy diferente. Jamás me había arreglado tanto, siempre fui alguien de usar ropa casual y el pelo medio arreglado, pero Luna me había peinado a la perfección, y lo mejor es que no me incomodaba, tapaba justo las partes que me causaban inseguridad.

Después de que ella me ayudara, yo le ayudé. Luna decidió un peinado más sencillo así que ayudé tomando unos mechones y hacer unas trenzas delgadas.

— Te ves muy linda, créeme que serás el centro de atención cuando hagan el baile principal.

— Ni me lo digas, sería muy vergonzoso que eso pase y falle durante el baile.

— Yo te vi practicar, lo harás muy bien —dio una palmada en mi hombro.

Asentí dandole la razón y las dos nos levantamos de la cama.

— Bueno, hora de lucirte en ese baile —dijo.

— Al igual que tú —dije.

— Mucha suerte —me abrazó—. Nos vemos más tarde.

Le sonreí, metí mi varita por si acaso por debajo del vestido en mi pierna, un listón del mismo color del vestido la sostenía.

Salí del dormitorio y todo estaba muy vacío, probablemente porque todavía estaban arreglándose, y para agregarle, los campeones teníamos que llegar antes, con nuestras parejas, para darnos algunas instrucciones e indicarnos en que momento salir. Abrí las puertas del comedor y todo estaba decorado, un árbol de la altura del Gran Comedor, las mesas de diario no estaban, al contrario, en las esquinas estaban unas mesas redondas con un mantel blanco y decoraciones sobre ella. Las luces daban un tono azulado y se sentía una brisa, incluso si el lugar fuera cerrado.

Llegué hasta la sala donde nos habían citado la primera vez que anunciaron los campeones, abrí las puertas y me sentí en una historia cliché, los que estaban dentro me miraron. Los directores, los profesores, Viktor, ¿Hermione?, Fleur... ¿y Roger?

— Señorita Tonks, ¡se ve muy linda! —dijo McGonagall—. Que bueno que llega, la esperábamos.

Sonreí por su comentario y le di las gracias, me acerqué con Harry que tenía la boca ligeramente abierta.

— Estás... wow —dijo atónito—. ¿no te gustaría pasar el resto de nuestras vidas juntos?

Sonreí.

— Eso me encantaría Harry.

— Bueno, ya que estamos todos aquí, los citamos antes para poder hacer su salida a la hora adecuada, como saben, ustedes harán el baile inicial como tradición de este torneo. Los primero es pasar es la señorita Delacour con Davies, después el joven Krum con Granger, y para el final Tonks y Potter. ¿Quedó claro? —todos asentimos—. ¡Perfecto! Profesores, pueden venir.

Los adultos se alejaron unos metros y cada quien comenzó a hablar con su respectiva pareja.

— ¿Roger sale con Fleur? —preguntó Harry en voz baja.

𝐒𝐞𝐜𝐫𝐞𝐭 𝐬𝐦𝐢𝐥𝐞 harry j. potterDonde viven las historias. Descúbrelo ahora