24. Primera prueba

685 42 2
                                    


La primera semana estuvo muy lenta y pesada para todos los estudiantes, los exámenes estaban pesados pero gracias a que puse atención a las clases no tuve que estudiar tanto. A Harry igual le fue bien, Ron estuvo distante con Harry y no quiere hablar con el, a mi apenas y me saluda pero nada más que eso. Aunque lo que me tiene más preocupada es la primera prueba; Harry logró conseguir información sobre de que se trataría gracias a su fiel amigo Hagrid. Dijo que trataba de dragones y que eran tres, uno para cada uno de los campeones, fue lo único que logró descubrir.

Hoy tocaba la primera prueba y Luna, Roger y Harry no paraban de darme consejos durante los días anteriores. Incluso yo me puse a leer todo sobre los dragones para saber con que estaré lidiando. Salí para el Gran Comedor y tomar el primer alimento del día, pero a decir verdad estaba más nerviosa por la prueba que lo más probable es que termine vomitando todo. En el colegio había una tensión y emoción enormes en el ambiente. Las clases se interrumpieron a mediodía para que todos los alumnos tuvieran tiempo de bajar al cercado de los dragones. Aunque, aún no sabían lo que iban a encontrarse allí.

El tiempo pasaba de forma más rara que nunca, de manera que ya me encontraba sentada en la primera clase del día, Herbología. Harry me habló tanto del cuidado que debía de tener que mi mente ya no podía más. Jamás pensé que fuera tan pesado el ambiente, creí que era algo que pudiera hacer sola pero tengo la presión de hacer todo bien para que Hogwarts sea el ganador o si no ganaré todo el odio de parte del colegio. De repente McGonagall entró al lugar interrumpiendo la clase.

— Los campeones tiene que bajar ya a los terrenos del colegio... Tienes que prepararte para la primera prueba Gillian.

— Entendido —dicho eso tomé todas mis cosas y las metí a la mochila.

— Buena suerte cariño —susurró Harry—. Te irá excelente.

Le di las gracias y salí de la clase junto con la profesora McGonagall. Ella se encontraba igual de nerviosa que yo, tal vez no tenga la confianza de que pueda pasar esta prueba, yo creo que nadie cree que lo voy a lograr.

— No te dejes dominar por el pánico —me aconsejó—, conserva la cabeza serena. Habrá magos preparados para intervenir si la situación se desbordara. Lo principal es que lo hagas lo mejor que puedas, ¿entendido?

— Lo entiendo —contesté.

Sin darme cuenta ya estábamos en el bosque hacia donde estaban los dragones; pero, al acercarse al grupo de árboles detrás del cual habría debido ser claramente visible el cercado, pude ver que habían levantado una tienda que lo ocultaba a la vista.

— Tienes que entrar con los demás campeones —dijo la profesora aún nerviosa— y esperar tu turno. El señor Bagman está dentro. Él te explicará lo que tienes que hacer... Buena suerte.

Le di las gracias y entré.

Fleur Delacour estaba sentada en un rincón sobre un pequeño taburete de madera, no parecía ni remotamente tan segura como de costumbre; por el contrario, se la veía pálida y sudorosa. Ellos siendo más grandes que yo, teniendo más experiencia que yo y están nerviosos, genial, estoy muerta. El aspecto de Viktor Krum era aún más hosco de lo habitual, supuse que esa era su forma de notar su nerviosismo.

— ¡Gellian! ¡Perfecto! —dijo Bagman muy contento mirándome—. ¡Ven, ponte cómoda!

Me acerqué con ellos, Bagman era el único que estaba contento, todos estábamos nerviosos.

— Bueno, ahora ya estamos todos... ¡Es hora de ponerse al corriente! —declaró Bagman con alegría—. Cuando hayan llegado los espectadores, les ofreceré esta bolsa a cada uno de ustedes para que saquen la miniatura de aquello con lo que les va a tocar enfrentarse —mostró una bolsa roja de seda—. Hay diferentes... variedades, ya lo verá. Y tengo que decirles algo más... Ah, sí... ¡su objetivo es coger el huevo de oro!

𝐒𝐞𝐜𝐫𝐞𝐭 𝐬𝐦𝐢𝐥𝐞 harry j. potterDonde viven las historias. Descúbrelo ahora