35. Fin de año

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Final

La tercera prueba se llevó con éxito y gracias a mi habilidad por correr fue que gané. Los de Ravenclaw celebraron con una fiesta y a los dos días las dos escuelas invitadas tuvieron que regresar a su país. Roger estuvo algo apagado esos días pero junto con Fleur prometieron visitarse más seguido.

Los meses siguieron y nada podría ir mejor, mi relación con Harry fue fortaleciendo porque hubo un tiempo donde peleábamos por cualquier tontería y nos dejábamos de hablar por unas horas, pero de alguna manera u otra siempre regresábamos a pedir perdón. Fuimos mejorando la relación y desde la ultima plática dejamos de comportarnos como niños.

Los exámenes finales estaban agobiándonos y jamás había pasado tanto tiempo debajo de un libro. Pero no por mi, era porque le ayudaba a Harry en algunas cosas que no lograba entender.

— ¿Cómo es posible que entiendas esto? Ya lo leí y no entiendo ni papa —se quejó Harry.

— La clave era prestar atención en clase, los profesores saben explicar mejor.

— Pero ese día te veías preciosa con tu corte de cabello, era imposible dejar de verte.

Sonreí, me incliné en la mesa y le dejé un beso en su frente.

— Ahora te ayudaré yo a que lo aprendas.

— ¿Si sabías que es imposible para mi que me estés enseñando?

— ¿Por qué?

— Porque mientras tú me explicas, yo te observo con atención y me quedo perdido en ti.

— Eres todo un roba corazones Harry, seguro con eso ganas el corazón de muchas chicas.

— Y yo solo quiero ganarme tu corazón —guiñó un ojo y solo sonreí.

Le di un leve empujón en la frente y se quedó recargado en el respaldo de la silla. Se cruzó de brazos y me miró con una sonrisa coqueta.

— Harry, son los finales, no puedes distraerte.

— Imposible, es admirarte a ti o leer un libro aburridisimo.

— ¿Sabes? Me preocupo por ti así que te dejaré leer esta página en lo que voy a buscar otro.

Le extendí el libro sobre la mesa y lo giré para que pueda leerlo. Me puse de pie y caminé hasta un estante de libros sobre estudios muggles.

Empecé a jugar con mi labio inferior mientras buscaba el libro perfecto para que Harry entienda mejor. Encontré el que había leído hace unos años y lo abracé para regresar a la mesa.

De pronto sentí unas manos en mi cintura y me solté de golpe, hasta que me di cuenta que era Harry.

— Por Merlin, ¿qué haces aquí Harry? Tienes que terminar de leer.

— Eso estaba haciendo pero no logro concentrarme.

— Ándale, vamos.

Lo tomé de la muñeca y lo llevé a la fuerza hasta la mesa, tomó asiento sin fuerzas y una mueca de disgusto.

— Vamos, lee eso.

Miró el libro y empezó a leer, pero no pasaron ni dos minutos porque levantó la mirada

— ¿Qué tal si jugamos matemáticas? Restamos la ropa, dividimos las piernas y sumamos los gritos.

— Buen intento Potter, sigue leyendo —hice una pausa—. Espera, ¿esa es la frase que no me quiso te decir hace unos meses?

Harry asintió.

— Buena frase, pero si intentas librarte de estudiar créeme que no te funcionará.

𝐒𝐞𝐜𝐫𝐞𝐭 𝐬𝐦𝐢𝐥𝐞 harry j. potterDonde viven las historias. Descúbrelo ahora