33. Regalos

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— ¿En serio?

— Queremos conocerlo.

¿Será lo correcto ir por Harry ahora mismo a decirle que mis padres lo quieren conocer?

— Te refieres a- ¿ahora mismo?

— Si, tal vez no tengamos la oportunidad de conocerlo otro día.

— Genial, a-ahora regreso —dije y salí del comedor como pude.

Busqué a Harry en la sala pero no lo encontré, tampoco en la cocina así que me acerqué al pasillo de las escaleras donde estaba el baño y esperé unos minutos a ver si bajaba o salía del baño. La puerta del baño se abrió y con una sonrisa esperé que fuera Harry, pero no, era Ron.

— Creo que no era la persona que esperabas ver —dijo y yo arrugé la nariz en confusión—, tu sonrisa se borró al verme.

— Lo siento, no fue con esa intención, es solo que estoy buscando a Harry urgentemente.

— No pasa nada, pues Harry se subió, no creo que tarde en bajar.

— Oh, gracias Ron.

El se acercó para caminar a la sala pero se detuvo cuando nuestros hombros chocaron, puso su mano en mi hombro y habló.

— Siento mucho lo que hice, fue muy inmaduro de mi parte, ahora entiendo que a veces el amor no es correspondido como uh espera, duele pero es normal, y me alegro que Harry y tu sean el uno para el otro, hacen bonita pareja pero yo no quise verlo.

— Entiendo, yo también lo siento, espero y encuentres a alguien que sepa cuidar tu amor y te trate como lo mereces.

— En eso estoy trabajando, y si no funciona con esta persona, tendré toda la vida para descubrirlo.

Asentí dándole la razón.

— ¿Amigos?

— Amigos —afirmé y nos dimos un abrazo.

— Vaya, creo que me perdí de algo —se escuchó la voz de Harry por las escaleras y nos separamos.

— Tenía que hacer las paces —dijo Ron.

— Me alegro que sea así —Harry sonrió mientras se acercaba a nosotros.

— Lo sé, pero bueno, yo los dejaré porque creo que tu novia te busca.

Dicho eso, Ron se alejó y Harry me miró.

— ¿Qué pasa?

— Mis padres quieren conocerte.

— Vaya, ahora ya me puse nervioso.

— No tienes de que ponerte nervioso —dije acariciando su mejilla con delicadeza—, mi hermana ya ha hablado bien de ti, todo saldrá bien.

— Está bien, pero necesito relajarme.

— Yo te puedo ayudar —dije y Harry me miró sorprendido, a lo que yo reí y golpeé su pecho—, no bobo, a esto.

𝐒𝐞𝐜𝐫𝐞𝐭 𝐬𝐦𝐢𝐥𝐞 harry j. potterDonde viven las historias. Descúbrelo ahora