14. Notas secretas

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Después del beso Harry tenía sus manos en mis mejillas y los dos teníamos una sonrisa.

— Wow —dijo en un suspiro.

— ¿Qué? —pregunté con una sonrisa.

— Nada, solo que eres muy bonita —dicho eso sentí con sus dedos tomar un mechón de cabello y pasarlo por detrás de mi oreja.

— ¿De verdad crees eso?

— De verdad, me pareces la chica más bonita de Hogwarts.

— Vaya, eso no me lo esperaba —solté una risa nerviosa.

— ¿Por qué? Seguro muchos chicos te ven por los pasillos y piensan en lo bonita que eres, porque así pensé yo desde el día en el que te conocí.

— Gracias por pensar así de mi, me pone muy feliz saberlo.

— No me agradezcas de nada, no es mi culpa que tu seas una chica muy bonita —dijo, seguido se acercó y besó mi frente— vamos a dormir o mañana no querrás levantarte a clases.

— Cierto —contesté.

Harry se levantó y me ofreció su mano pero tardé unos segundos dudando de confiar o no, al final la tomé y los dos ya estábamos de pie. En silencio bajamos las escaleras y llegamos a los pasillos ya vacíos, con cuidado de que ningún profesor nos viera caminamos hasta llegar a las escaleras movedizas, donde se encontraba la entrada a la torre de Gryffindor.

¿Luna y Roger seguirán despiertos? Hmm, no lo sé.

Oh cierto, el helado de Roger, ¿dónde podré conseguirlo a estas horas?

— ¿No quieres que te acompañe hasta tu sala? —preguntó Harry.

— No te preocupes Harry, quedé de darle algo a Roger y tengo que ir a buscar donde puedo encontrarlo —respondí.

— ¿Y qué es? Tal vez puedo ayudarte a conseguirlo, bueno, solo si quieres contarme —se puso nervioso.

— Oh, pues iba darle un poco de helado —contesté encogiendo mis hombros y mis manos dentro de la túnica.

— En el comedor no creo que encuentres por la hora y eso solo nos dan los viernes, pero puedo preguntarle a Ron, estoy seguro que debe tener algo en su escondite no tan secreto.

— ¿No tan secreto? —pregunté arqueando una ceja.

— Se supone que Ron tenía un lugar donde guardaba golosinas y demás de las veces que íbamos a Hogsmeade o los gemelos se las conseguían, pero al tener dormitorio compartido con Seamus, Neville y Dean ellos se daban cuenta cuando los sacaba y la voz se pasó, así que ya no es tan secreto —rió.

— Ohhh, entiendo —reí también.

— Pero si quieres puedo preguntarle.

— Si no es mucha molestia —sonreí.

— Para nada, ¿quieres entrar? No vaya a ser que algún prefecto te encuentre a estas horas y quiera quitarte puntos —solo asentí y después de eso Harry dijo una frase que no logré escuchar y la pintura se abrió dejándonos libre el paso.

Harry me dejó pasar primero y entramos a la sala común, todo lucía muy cómodo, acogedor... y todo muy rojo. La chimenea estaba prendida y se sentía el calor una vez que te acercabas, hasta daban ganas de recostarse sobre el sofá, sentir el calor de la chimenea y así quedarse dormido.

— Si quieres puedes esperar aquí, no creo que Ron se lo tome tan bien si me ve contigo.

— Esta bien —dicho eso Harry subió las escaleras en espiral y cuando desapareció de mi vista me quedé mirando a mi alrededor, la sala ya estaba vacía.

𝐒𝐞𝐜𝐫𝐞𝐭 𝐬𝐦𝐢𝐥𝐞 harry j. potterDonde viven las historias. Descúbrelo ahora