꧁ El hijo de Aizawa ꧂ (TransMaleReader)

Cap 50

Las risas, estruendosas a la vez que divertidas y sumamente extrañas. Si lo piensas; tristes, como si estuviesen allí para no romper en llanto.
Envolventes como un espiral vivo que se enrosca alrededor de tu cuello en el intento de hacerte dejar de respirar, apretando tus huesos hasta hacerlos crujir y hundir tu piel en cosquilleos incontrolables que te hacen temblar.
Asfixiante.

Me quedé inmóvil, con los ojos tan abiertos como podía observando un punto fijo, más allá de mis manos que yacían inmóviles frente a mí.

Esa risa conocida y melancólica.

El sonido de sus pasos se hizo cada vez más cercano, hasta que pude sentir su presencia. Mirándome con una mezcla de decepción e ira contenida que usaba la piel de la alegría para hacerse pasar.

Hizo silencio abruptamente, pero la presión sobre mí no desapareció.

Levanté la mirada, y nuestros ojos se encontraron.

-Mira quién está aquí de nuevo. ¿Sigues buscando razones para esconderse de la realidad?

¿Debo responder?

Se puso en cuclillas frente a mí, y colocó su mano en mi mejilla mientras sonreía bajo esa máscara asquerosa. Con lástima; cansado. Cansado de mí.

-Sabes... Esto esta comenzando a hartarme, no puedes dejar que todos mueran.

Tragué saliva con algo de dificultad.

-No están muertos.

Las únicas personas muertas que conocí fueron Midnight y Rikido Sato, aunque sólo conocí su nombre.
Sato murió, aunque sólo lo sepa yo, mi padre y Nezu. Midnight murió pero su cuerpo sigue caminando en contra de su voluntad.
Ellos están muertos.

-"Ellos están muertos."

Dejó escapar una risa ligera y vibrante en medio del silencio aplastante que nos rodea.

-¿Qué quieres decir?

Twice desvió la mirada hacia el suelo y movió su mano hasta mi hombro, como si estuviese apoyándose en mí.

-Todos están vivos, pero están todos muertos. La gente que te rodea... está viva. Pero para cuando te das cuenta de que tratan de acercarse aquí... muere.

Miré a nuestro alrededor, mas no pude ver nada que no fuese esa oscuridad fría y de apariencia infinita.

-¿Dónde es "aquí"? No hay nada. Ni cuerpos ni sangre.

Suspiró a la vez que comenzaba a enderezarse.

-No siempre se necesita un cuerpo para confirmar el hecho. Si aquí hubiesen personas; yo no estaría hablándote, ya que estarían vivos. Pero los matas. Destruyes todo lo bueno.

Me quedé estático, observando cómo se acomodaba la ropa para dejar a la vista sus antebrazos.
Tenía cicatrices de pelea, pero eran brazos fuertes de un adulto que se dedica a luchar. Como él.

-No destruí nada...

-Los matas. Arremetes contra todo y todos los que te tratan de ayudar empujándolos lejos de manera violenta. No piensas en los demás. Eres egoísta y ciego.

Bajé mi mirada hasta llegar al mismo punto donde él miraba. Aunque no había nada.

Mi pecho se sentía caliente, como si ese espiral estuviese prendido fuego, quemando tan furiosamente que ni siquiera puedo llorar o quejarme.

-No lastimé a nadie. Siempre agradecí y pedí ayuda cuando lo necesité. Tú mientes.

Comenzó a tantear su traje, aunque era obvio que no llevaba nada escondido por lo pegado al cuerpo que es.