LUCHA Y AVANZA
—Abre las piernas un poco más.
Bieeen.
Seguí la instrucción de Eiden y abrí mis piernas. Ya estaba comenzando a entrar en calor. Mis mejillas ya estaban rojas y sentía como algunos gajos rebeldes de mi cabello, que amarré en una cola alta, se pegaban al sudor de mi frente y nuca.
—¿Así? —le cuestioné, girando mi cabeza para poder verlo a mis espaldas.
Él asintió levemente, y echó la cabeza hacia atrás captando cada parte de mi cuerpo. Mis manos, mis pies, la inclinación de mis caderas y torso.
—Mira al frente —me indicó, en un movimiento de cabeza.
Le dio un golpecito a mi pie izquierdo, empujándolo hacia delante.
—Ese siempre va más adelante que el derecho.
Agt. Que insoportable se volvía cuando comenzaba a dar instrucciones.
—Porque esto es tan complicado, si solo es lanzar la mano hacia delante —me quejé.
Suspiré con cansancio. Eiden me había dicho que quería enseñarme a dar un par de golpes. Sí, lo mismo que le dijo Aaron. Ni siquiera puse mucha resistencia. Siempre había querido aprender a hacerlo, pero Dios, aprender a hacer la pose correcta, incluso para cerrar el puño era un martirio.
—Porque hasta para lanzar la mano hacia delante —dijo con ironía—. Debes hacerlo bien, para no lastimarte o no acabar haciéndolo mal y no lograr nada con él.
—Yo vi una pelea cuando estaba en secundaria, y ninguno puso esta pose.
—Alza un poco más este puño —me instruyó, elevando mi mano izquierda a la barbilla—. ¿Entonces quieres que te enseñe a...dar cachetadas...mientras pataleas y arañas como en las peleas de secundaria?
—Bueeeno.
Tomó mis hombros, bajándolos un poco, para que no estuviera tan recta.
No tenía una buena postura, incluso al principio él simplemente me enseñó la pose para que la replicara, pero no, no me fue tan bien con eso. Y tuvo que detenerse a explicármela, decía las cosas con tanta velocidad que en un momento solo me quedé parada viéndolo, mientras fruncía el entrecejo con cara de: ¿Aja y eso es para...?
Al final él me había ayudado. Y ahora estaba con mis pies ligeramente abiertos a la altura de mis hombros, el pie izquierdo un paso enfrente del derecho y con mis rodillas levemente flexionadas. Mis brazos estaban en posición de defensa, un puño a la altura de mi cara y otro a la altura de mi barbilla.
—Mira.
Se colocó a mi lado, haciendo la misma pose que yo, aunque con muchísima más facilidad.
—Cuando lanzas un golpe debes girar el torso y la cadera. El golpe no está solo en el puño o en tu brazo, sino en todo el cuerpo.
Lo miré atentamente. Él dio un par de apretones a su mano, antes de girarse un poco y soltar un golpe al aire. Regresó a su pose normal y soltó otro de forma más rápida, una y otra vez. Cada músculo de su espalda se tensaba, sobre su camisa negra, y su cabello se movía de manera rebelde sobre su frente en pequeños mechones sud...
—¿Entendiste?
—Ehhh...
Parpadeé un par de veces, ¿de que estábamos hablando?
Eiden me miró, y me entrecerró los ojos. Bien, yo no puse mucha atención a sus golpes, más bien a su cuerpo.
—Sí, puf..—solté con diversión—. Facilísimo.
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Cicatrices
RomanceAllison Hallen llega a un pequeño pueblo junto a sus padres con la esperanza de dejar su pasado atrás o poder comenzar de cero, pero conoce a un chico que de una u otra manera se meterá en su vida. Ambos tienen un pasado tormentoso e incluso un pres...