HABITACIÓN 218
Miré con los ojos bien abiertos al castaño frente a mí. Sí, ese castaño. El mismo que había golpeado a Eiden, ahora estaba con una sonrisa animada entre ambos asientos delanteros.
Escuchó las palabras de Eiden con una mueca seria hasta que bufó, divertido, desestimándolo con una mano y posó su mirada en mí.
EN MÍ.
—Oh, ella es la chica entrometida —Me miró, divertido—. Es linda, a ver si te quita lo amargado.
La sonrisa en sus labios era enorme, su cabello castaño y lacio y sus ojos eran muy parecidos a los de Eiden con esa misma tonalidad azulada.
Pero esperen un segundo, él me llamó... ¿Entrometida? Qué le pasaba a este tipo.
—Te puedes callar Aaron —Eiden le bufó y yo asentí, sí, que se calle.
—Solo digo lo que tú mismo habías dicho, que era... Hey, no vayas tan rápido.
Me tuve que sostener del asiento casi encajando las uñas en el cuero cuando Eiden tomó el volante con fuerza y aceleró de una manera que Aaron cayó sentado de culo en un fuerte golpe en los asientos traseros.
—Cuidado. Llevas personas no vacas —Se quejó en el fondo.
—Vuelve a hablar y la próxima será peor —soltó Eiden de manera amenazante sin despegar la vista del frente.
Mi posición era estática, sentada en mi asiento, casi pegada a la ventanilla para poder agrandar más la distancia con el chico. ¿Por qué este chico estaba aquí? No, creo que mejor sería preguntar ¿Por qué rayos acepté venir?
Guardé silencio ante la situación. No podía creer lo que estaba pasando. Como hace apenas unos días estaban liados a golpes, como el rostro del castaño era de total rabia ante Eiden y ahora simplemente era la diversión plasmada en uno mismo.
En ese momento opté por la que me pareció mejor idea, hacerme pequeñita en mi asiento, no decir ni una palabra, a ver si el par me ignoraba y no tenía que verme metida en ninguna conversación.
Spoiler, no resultó ni mínimamente bien.
El castaño, Aaron, volvió a aparecer entre los asientos.
—Si arreglas eso —señaló a Eiden, mientras me hablaba—. Te doy lo que quieras y me pidas.
Me relamí los labios y pensé en darle una mirada a Eiden para decirle que, si podía callarlo, hasta que hice un pequeño escaneó. A Eiden parecía no hacerle ni la más mínima gracia, miraba de reojo entre Aaron y yo con una mueca seria y sin gracia. Aaron parecía saber que a Eiden le molestaba.
¿Alguien más irritando tanto a Eiden como para que lo mirara como me ve cuando lo irritó? ¿Saben que es mejor? Dos, dos personas irritándolo.
Forcé una sonrisa en los labios que se ablandó un poco al ver al castaño que me miraba sonriente.
—Creo que eso ya no se puede arreglar. Es amargado de nacimiento.
Eiden me dio una mirada agria y Aaron se rio.
—No, créeme, lo conozco desde niño, no era así.
—¿En serio hay una versión de Eiden decente?
—Medianamente decente, que si no es amargado es un insoportable.
—Aaron...—Eiden dijo su nombre como si quisiera advertirle de que se callará.
Definitivamente, me estaba agradando esto. Me acomodé mejor en el asiento para ver desde un nuevo y mejor panorama la escena.
—Lo ves —Aaron me señaló a Eiden—. Cuando no está callado con su cara de culo está quejándose.
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Cicatrices
RomansaAllison Hallen llega a un pequeño pueblo junto a sus padres con la esperanza de dejar su pasado atrás o poder comenzar de cero, pero conoce a un chico que de una u otra manera se meterá en su vida. Ambos tienen un pasado tormentoso e incluso un pres...