Capítulo 22. Desespero.

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*El capítulo esta larguito, es recompensa por la tardanza :)*

DESESPERO

Cuando llegamos a la cabaña ocurrió lo inesperado, bueno, no tanto. Estalló una avalancha de gritos, reclamos, y maldiciones por parte de los hermanos. Resumido: Aaron había olvidado traer consigo los planos del hospital, justo en el momento en que Eiden se enteró casi pude ver como una vena le brotaba del cuello de lo molesto que estaba.

Yo siempre me mantuve al margen, cautelosa de lo que pasaba, pero sin involucrarme, no era como que pudiera hacer mucho.

Al final Eiden estaba tan encolerizado por la situación, que simplemente se había salido de la cabaña azotando la puerta, no sin antes quejarse de la inmadurez de Aaron. Y por su parte Aaron se limitó a rodar los ojos, hasta él mismo sabía que era imposible debatir algo con Eiden estando molesto.

Después de un par de minutos Aaron me informó que iría a buscar a Eiden y los planos. Bueno, eso había sido hace casi cuatro horas y no había vuelto a saber nada de ninguno de ellos.

Mi cuerpo estaba tenso. Me paseaba por toda la sala, mientras esperaba a alguno de los hermanos.

Me mordía las uñas con nerviosismo y mis pies se movían de arriba abajo en desesperación.

¿Y si les pasó algo malo?

¿Y si discutieron y las cosas se pusieron peor?

¿Y si los salía a buscar?

Eso último me hizo detener en automático. Se oía como una pésima idea, puede que lo fuera, no sabía ni cual era el camino de ida o vuelta para llegar a la salida del bosque.

Pero ya había llamado a Aaron un par de veces y no contestaba, y creo que en defensa de la situación en la que nos encontrábamos, no podíamos desaparecer como si nada.

Caminé hacia la barra principal y tomé mi móvil.

Ya que más daba, solo los buscaría en un perímetro que yo misma reconociera o no me perdiera.

Salí a toda prisa y casi al instante el aire fresco me golpeó la cara. Eran casi las seis de la tarde y el clima por esa hora siempre tendía a volverse más frío.

Miré a ambos lados colocándome sobre el último escalón, teniendo aún la esperanza de que aparecieran de entre los árboles.

Pero nada, no aparecían por ningún lado. Di una pequeña vuelta sobre mí misma para buscar primero en la parte trasera, sabía que no estaban ahí, pero la valentía en mi sistema en esos momentos estaba muy difusa como para impulsarme a solo lanzarme a medio bosque sin saber nada.

Di un par de pasos dispuesta a caminar hacia la parte trasera de la cabaña, y casi me caigo de culo, cuando mi cuerpo se detiene por esa maldita voz:

—Ey, entrometida, te vas a perder.

Me giré como si mis pies tuvieran resorte y los miré de arriba abajo, leve descripción gráfica: Aaron con un par de bolsas de compra en su mano, mirándome con la mayor diversión del mundo y Eiden a su lado, con una bolsa más pequeña en brazos, mientras me miraba con una expresión de no entender nada.

¿Qué no se habían peleado o algo por el estilo?

Ahora no sé si estaba contenta por verlos o con ganas de abofetearlos. Ni siquiera era consciente de cómo, sin embargo, ya había avanzado hasta estar frente a ellos.

—¿Dónde se habían metido? —me enfurruñé.

Ambos me miraron de inmediato con una expresión, de: ¿Y está loca qué?

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