¿QUÉ PUEDE SALIR PEOR? TODO
Nada.
Nada podía salir peor.
Bien, no era nada. Joder, no era nada.
Salí y me dispuse a hacer como si no hubiera pasado nada. Ese era mi magnífico plan. Fingir que no lo veía, a ver si él hacía lo mismo. Pero para mi desgracia fue inútil.
—¿Acaso me estás siguiendo o qué mierda?
Me quedé apenas con un pie fuera del baño cuando Eiden me miró de la peor manera posible.
—¿Quién? ¿Yo? —me señalé—. No, solo vine al baño, por si no sabes este es un baño, en el cual la gente viene a hacer sus necesidades.
Bien, iba a usar el sarcasmo como mi arma secreta. No era mi fuerte, esperaba que lo mínimo sirviera de algo.
Yo no tenía la culpa de que no haya encontrado un mejor lugar para tener su misteriosa plática. Y seguirlo ¿De dónde había sacado esa mierda?
—Sí, tienes razón, pero si sabes que estás en el baño de hombres y no te veo pinta de que seas hombre, así que no sé por qué coño estás aquí.
—Pues me equivoqué —dije sin mucha importancia.
Y me dirigí al lavabo evadiéndolo y dando por terminado el tema, o bueno, eso supuse. Me lavé las manos de manera veloz y cuando estaba a punto de coger una servilleta para secarme, alguien más entró al baño.
—¡Salte!
Di un respingo cuando la voz de Eiden resonó en un pequeño grito exigente.
Pensé que me lo había dicho a mí, sin embargo, en el momento en que alcé la vista para verlo, él miraba al chico que había entrado con casi ganas de matarlo.
El chico alternó los ojos entre Eiden y yo, y bufó.
—Este es un maldito baño, no un motel. Ve con tu puta —me señaló con desdén—, a otro lado.
¿Qué mierda?
Iba a abrir la boca para protestar, pero tuve que cerrarla de la sorpresa en el momento en que Eiden, se paró enfrente del chico, casi tapándome atrás suyo.
—¿Cómo la llamaste?
—Puta.
—Repítelo.
—Pu...
Mierda. Di un paso hacia atrás, espabilando, cuando el brazo de Eiden tomó impulso hacia atrás y se impactó con fuerza sobre la cara del otro chico.
Él gruñó y se sostuvo la cara, haciendo un pequeño afán de querer acercarse a Eiden para devolverle el golpe, pero este último ya lo tenía en menos de un segundo contra una pared.
—Cuida esa puta boca cuando vuelvas a hablar así de ella o de cualquier otra mujer, porque a la próxima vas a tener que sostener tus malditos dientes.
El chico, que era un poco más bajo de estatura que él y evidentemente se veía un tanto menos corpulento, se quedó con los ojos abiertos de la sorpresa y la reacción, su cara enrojecida cuando Eiden lo soltó de otro empujón haciendo que la parte posterior de su cabeza rebotara con el azulejo.
Yo ya estaba nerviosa y quería salir del lugar. Tenía clases y el hilillo de sangre que alcancé a notar que salía por la nariz del chico me estaba alterando. No me gustaba la sangre, o la violencia, quería irme.
Intenté esquivar a ambos, que se miraban como dos toros, encarados, a punto de irse sobre el otro. Aunque por la cara del chico, se veía que iba a ser el primero en salir huyendo. Y yo apenas me dispuse a salir del baño, Eiden me tomó del brazo impidiéndome seguir.
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Cicatrices
RomanceAllison Hallen llega a un pequeño pueblo junto a sus padres con la esperanza de dejar su pasado atrás o poder comenzar de cero, pero conoce a un chico que de una u otra manera se meterá en su vida. Ambos tienen un pasado tormentoso e incluso un pres...