—A juzgar por la cara que traes, supongo que no tuviste una charla agradable con tu madre.
Observé a Taehyung desde el asiento de copiloto mientras él conducía de regreso a la academia, reprimí un quejido y regresé la vista al frente. No, por supuesto que no había sido una conversación agradable, al contrario, a pesar de que había salido de la casa con el mentón alzado no me sentía bien por dentro, no quería arruinar la poca relación que teníamos pero las circunstancias me obligaban a actuar por instinto, ella quería de vuelta a la Kim de antes, pero eso no sería posible, porque me había encargado de enterrarla muy bien bajo tierra.
¿Por qué ella no podía simplemente aceptar mi cambio? ¿Por qué quería que volviera a ser la niña estúpida de antes? Me gustaba esta versión de mí, me sentía cómoda así y los demás tampoco parecían tener problemas con eso, sólo mi madre. Solté un suspiro pesado sin poder ocultar la inquietud de mi interior, en este momento mi cabeza era un revoltijo de emociones y pensamientos.
—¿Mi cara es tan fácil de leer? —me limité a responder en un murmullo casi inaudible.
—Sí, y además te he observado lo suficiente para saber cuándo estás incómoda —dijo Taehyung deteniéndose en un semáforo para verme con atención—. ¿Qué sucede?
Solté una risa sarcástica.
—No voy a hablar contigo de esto —dije desviando la mirada a la ventana.
—¿Y entonces con quién?
—Con nadie.
—Kim —dijo Taehyung con suavidad logrando que mis ojos se encontraran con los suyos—. ¿Has oído eso de que las personas que ocultan sus sentimientos son las que más sienten? A veces es bueno expresarse, disminuye todo el lío que llevas dentro.
—A nadie le interesa los problemas de los demás, las personas sólo escuchan por cortesía —contesté con molestia.
—A mí sí me importa.
—¿Acaso tú expresas tus sentimientos alguna vez? Por favor, Taehyung, ni siquiera deberías estar...
—Sí lo hago —interrumpió sin dejar de observarme—. La única persona que me conoce a la perfección y que sabe todos mis secretos es mi abuelo. Ese anciano es lo más importante en mi vida.
—Dijiste que tu abuelo es tu padre...
—Así es, mis padres están muertos. Estoy con mi abuelo desde los ocho años, él es como un padre para mí —respondió él con una media sonrisa—. Kim, el punto es que no deberías sobrecargar tu mente de ese modo. Estoy aquí para escucharte, háblame.
Bajé la mirada a mi regazo durante los siguientes minutos, para Taehyung debía ser fácil hablar con libertad porque tenía a su abuelo para escucharlo, pero yo no tenía a nadie. La poca confianza que había entre mi madre y yo había desaparecido por completo cuando entré a Springs, porque ya no podía verla todos los días, tenía a mis amigos pero no me sentía cómoda mostrándoles mi lado sensible. Sí, yo era tan patética.
El semáforo cambió de color y entonces Taehyung volvió a poner el auto en marcha pero sin dejar de estar atento a mis movimientos. Bufé con resignación y decidí hablar, al diablo con toda mi desconfianza, de cualquier forma él ya había conocido a mi madre y estaba segura de que nos había escuchado discutir.
—No sé cómo explicarlo —murmuré—. Tengo miedo, Taehyung, de que mamá se olvide de mí cuando se case con ese hombre, yo estoy lejos de casa y ella pasará más tiempo con ellos. Nuestra relación no ha sido la mejor desde hace algunos años, pero ahora... Siento que está empeorando.
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El rey de las apuestas ©
Mystery / ThrillerKim llega a una prestigiosa academia en Corea con la firme intención de concentrarse solo en sus estudios. Sin embargo, pronto se da cuenta de que la academia oculta un oscuro secreto. Los estudiantes están atrapados en una red de mentiras y traicio...