Habían pasado tres días desde que la academia había quedado prácticamente destruida a causa del terremoto, el director no había aparecido pero al menos tuvo la decencia de cancelar las clases mientras intentábamos recuperarnos. Los daños materiales no fueron tan graves como los físicos, la mitad de la población estudiantil ni siquiera podía ponerse de pie ya que tenían quemaduras en los pies y heridas en la piel.
Y en mi caso, sabía que si estaba ilesa era gracias a Taehyung. En cuanto a él, no se había dejado intimidar por Brant y había aceptado el maldito desafío, ahora todos sabían que las elecciones iniciarían pronto, cuando las clases continuaran con un rumbo normal, ese simple hecho me había dejado angustiada, las cosas no estaban bien y cuando me detenía a pensar en todo lo que sucedería si Taehyung perdía la cabeza me retumbaba.
Él me había dicho que estaba preparado para cualquier cosa y que no debía preocuparme, pero verdaderamente pensaba que Brant era una amenaza. Por eso, apenas salió el sol me levanté en busca de ese chico de cabello blanco para entablar una conversación y quizá obtener información, sabía que él no confiaría en mí mientras pensara que tenía una relación con Taehyung, así que debía aclarar ese asunto. Los pocos estudiantes que habían en los pasillos parecían zombies, algunos se habían recuperado rápido y la mayoría aún se encontraban en la enfermería.
Encontré a Brant en la cafetería sentado en una mesa sin compañía, caminé con parsimonia hasta sentarme en la silla que estaba frente a él, pareció sorprendido cuando me miró pero rápidamente reemplazó ese gesto por una sonrisa un poco coqueta. Pensé muy bien en lo que iba a decir antes de abrir la boca, a veces era muy impulsiva y debía controlarme ahora que estaba frente a un chico como Brant, pues no sabía qué esperar de él.
—Cuando te conocí lo último que esperaba era que decidieras ser presidente —empecé a decir intentando relajar mis músculos ante su mirada—. Supongo que tienes lo necesario para serlo, es decir, los estudiantes te adoran, siempre quieres ayudar, eres inteligente, a no ser que tengas más ambiciones.
Brant sonrió.
—Solo deseo lo mismo que tú. Que Springs sea un lugar mejor —respondió.
—¿Tenías ese mismo pensamiento antes de oír mi discurso? —cuestioné sin ocultar el recelo.
—Por supuesto que no. No tenía idea de que el lugar estuviera tan mal, quiero decir, había escuchado algunos comentarios negativos sobre la academia, pero en definitiva tu discurso afirmó lo que ya venía sospechando —dijo Brant con tranquilidad—. Lo que aún no termino de entender es por qué estás saliendo con alguien como Taehyung si sabes que él es el responsable de todo.
—No estoy saliendo con él.
Brant soltó una risa tan tranquila que aterraba.
—No entiendo, el último artículo del periódico decía otra cosa, y es curioso porque tú eres la directora del Periódico Escolar, básicamente estás permitiendo que los redactores publiquen mentiras.
Apreté los puños que descansaban en mi regazo, muy bien, mi esfuerzo por mantenerme serena se estaba yendo a la mierda, si este idiota se atrevía a decir una cosa más de mi sección tendría que pagar las consecuencias. Lo miré con el ceño fruncido y sus ojos celestes brillaron con diversión, así que quería jugar.
—Les dije que podían publicar lo que quisieran, pero de cualquier forma, no me molesta que escriban algo tan absurdo como que soy la novia de Taehyung Park, es decir, somos adolescentes maduros estudiando en la mejor escuela de Corea. ¿Por qué le daría tanta importancia a eso si hay cosas de mayor relevancia? No sé si tu linda cabecita de cebolla se ha dado cuenta, pero ya no estamos en primaria.
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El rey de las apuestas ©
Misterio / SuspensoKim llega a una prestigiosa academia en Corea con la firme intención de concentrarse solo en sus estudios. Sin embargo, pronto se da cuenta de que la academia oculta un oscuro secreto. Los estudiantes están atrapados en una red de mentiras y traicio...