Capítulo 10

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Los dos hombres frente a mí se retaron con la mirada, y a pesar de que no podía verle los ojos al verdugo sabía que estaba esperando el ataque, pues ambos tenían una posición de guardia que me daba a entender que en cualquier momento se iban a destrozar a golpes. Durante un instante me quedé ahí de pie sin saber qué hacer o qué decir, me sentí completamente inútil.

Hasta que Taehyung habló.

—No sé quién demonios eres, pero créeme que cuando te descubra no te irá nada bien.

—Qué adorable —respondió el tipo en un tono burlón—. El caballero viniendo a defender a su damisela en peligro, no esperaba menos de ti, Taehyung.

—¿Qué tienes en contra de Kim? —le preguntó Taehyung dando un paso adelante.

—No es nada personal, simplemente cumplo órdenes.

Taehyung avanzó hasta detenerse a mi lado sin relajar el ceño, observó al verdugo de pies a cabeza con un poco de incredulidad y dijo:

—¿Es necesario ese disfraz tan ridículo?

—Deberías hacerte cargo de tus propios asuntos, amigo, lárgate de una vez.

—Regresar a la academia sería algo aburrido, prefiero este entretenimiento —devolvió Taehyung—. ¿Y bien? ¿Vas a empezar con la función o necesitas tiempo para calentar?

—No es tu asunto —murmuró el verdugo sin moverse de su sitio.

—A mí me parece que no me quieres enfrentar.

El tipo de la máscara negó con la cabeza.

—Sólo quiero evitarte un final trágico, que estés interviniendo llamará la atención del jefe.

Taehyung se acercó a él impaciente, y su mirada estaba llena de odio; parecía querer asesinarlo, sin embargo, a medida que se acercaba el verdugo retrocedió, alerta. Pensé que el momento de la acción había llegado, pero en menos de tres segundos el tipo se había dado la vuelta y ahora corría lo más lejos posible tratando huir, miré a Taehyung de soslayo, pero él no lo siguió.

—Abel, síguelo y cuando lo encuentres dale la paliza de su vida —exclamó Taehyung dirigiéndose a un hombre que apareció detrás de mí, seguido de otros tres—. No vayas a matarlo, quiero que esos golpes sean un mensaje para su jefe.

No logré observar con claridad al hombre, porque lo perdí de vista cuando corrió en la misma dirección donde el verdugo había escapado. Los tres hombres que quedaron empezaron a hablar con Taehyung, me sentí estúpida y diminuta en medio de ellos, hasta que decidí acercarme e incluirme en su charla, lo que hizo que todos me vieran ceñudos.

—¿Qué pasa? ¿Por qué...? ¿Son los hombres de negro? —solté en un horrible chillido.

—¿Lograron reconocer esa máscara? —dijo Taehyung ignorando mis palabras—. No había ningún emblema en su ropa, por lo tanto, sabemos que no fue enviado por ningún gánster.

—¿De qué están hablando? ¿Gángster? ¿Emblema? —continué sintiendo frustración.

—Así es, señor. Este trabajo es aún más sucio, los gángsters que conocemos no envían a sus hombres sin su emblema para provocar amenazas —respondió un hombre moreno viéndolo con seriedad.

—A menos que...

—Silencio, silencio —interrumpió Taehyung con intranquilidad al hombre que iba a hablar—. Preparen el auto, iremos a la casa de mi abuelo.

—¿Está seguro de que el señor Park lo atenderá en este momento? —cuestionó el tercer hombre de cabello largo con duda.

—Soy su nieto, hablará conmigo esté ocupado o no —respondió Taehyung con el entrecejo fruncido.

El rey de las apuestas ©Donde viven las historias. Descúbrelo ahora