El rey de las apuestas ©

Capítulo 33 - Parte 2

—¿Creen que esté muerta?

El sonido de una voz masculina amenazó con despertarme de mi ensoñación, intenté moverme pero me resultó casi imposible, estaba demasiado cómoda y sentía los párpados pesados, no quería despertar en este momento. Sin embargo, podía escuchar ruido en la lejanía, como si hubieran muchas personas hablando, o discutiendo.

—¿Eres idiota o te haces? —habló otra voz que reconocí de inmediato, esa era Moon—. Está respirando, es obvio que está viva.

—Sí, pero... —murmuró la voz que había hablado al principio, supuse que era Jin—. Se ve muy mal, como si estuviera enferma.

—Ya sé. ¿Qué tal si te dejamos afuera en la madrugada esta noche? A ver cómo te verías después —continuó Moon.

—No sabemos qué le pasó, lo único que podemos hacer es esperar a que despierte para que nos cuente todo —dijo Kang, permaneciendo tranquilo.

—Estoy muy preocupada por ella —dijo la voz angustiada de Hana—. No entiendo qué estaba haciendo afuera en la madrugada, y con ese frío.

—Hay dos opciones, Kim es rara o suicida —habló Moon de nuevo.

—¿Quieren cerrar la maldita boca de una vez? —solté sin poder contenerme más tiempo.

—Ahí lo tienen —exclamó Moon—. Sigue siendo amargada y odiosa, no la perdimos.

Abrí los ojos con mucho esfuerzo, tuve que parpadear varias veces para poder adaptarme a la luz, y utilicé los codos para impulsarme hacia adelante y quedar sentada. Cuatro pares de ojos me miraron con una atención casi aterradora, sin embargo, no fue hasta que sentí que todo el cuerpo me dolía cuando recordé lo que había sucedido la noche anterior.

—¿En dónde está la chica? —pregunté exaltada, haciendo que todos me miraran confundidos—. La chica que vi anoche, la que estaba... La que llevaba un vestido blanco y cantaba... No recuerdo bien...

—El profesor Gilmore fue quien te encontró, pero no había nadie más contigo —respondió Kang—. Dijo que estabas inconsciente y que tenías sangre en la boca.

—¡No era mi sangre! —grité, desesperada porque ellos me entendieran—. Era la sangre de la chica, ella la tenía en las manos y me llenó porque me cubrió la boca, luego me pidió ayuda... Y ya no recuerdo más.

Me sentí más desesperada al ver que mis amigos intercambiaban miradas de preocupación, como si estuvieran dudando seriamente de mi cordura. Fruncí el ceño intentando recordar, no había sido un sueño y tampoco lo había imaginado, estaba muy segura de que había tenido ese extraño encuentro con la chica, y ella me había hecho algo que me había dejado inconsciente.

—No estoy loca, fui al patio trasero y había una chica sentada en un columpio...

—Claro, el columpio que está en el Árbol Flaks —me interrumpió Kang, ganándose las miradas confundidas de todos—. ¿Es en serio? ¿No conocen esa historia? Le dicen Árbol Flaks o árbol de la suerte, es un roble muy viejo, hay una leyenda que dice que si escribes tu nombre en sus ramas, tendrás suerte durante todos los años que estés en la academia.

—¡El punto es que esa chica me atacó! —exclamé irritada.

—Escucha, Kim —empezó Jin, utilizando un horrible tono de compasión, como si estuviera hablando con una desequilibrada mental—. Taehyung nos contó lo que sucedió con el tipo de la máscara, quizá imaginaste que viste a esa chica porque sufriste un trauma muy fuerte.

Su respuesta me hizo sentir incrédula, mis oídos no daban crédito a lo que estaba escuchando. ¿De verdad ellos no me creían? ¿Desde cuándo dudaban de mi palabra? ¡Se suponía que confiaban en mí! ¡Eran mis amigos! Maldita sea, estaba perdiendo el control, de la situación y de mis emociones, era como si de repente todo se estuviera saliendo de mis manos.