Capítulo 6: Empatía y deseo

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Capítulo 6: Empatía y deseo

Clarke mantenía sus ojos abiertos asombrada de lo enorme que era ese lugar, y se apenó de que Lexa conociera el diminuto apartamento en el que vivía.

—¿Traes a muchas mujeres a tu casa? —quiso saber.

—¿Tú que crees? —Desafió, con su media sonrisa sugerente con algo de soberbia.

—Que sí. — era obvio para la rubia.

—Te equivocas. —respondió con modestia. — eres la primera. — Buscando hacerla sentir especial. Aunque, ¿acaso no lo era para la joven empresaria?

—¡Oh! —Clarke se tragó sus palabras y se sintió halagada. Tal vez tampoco conocía su verdadera forma de ser, esa que ocultaba detrás de la arrogancia.

Al entrar, demostró mayor sorpresa, ante lo bellísima y deslumbrante que era aquella casa. A pesar de ser demasiado ostentosa para que sólo viviera una sola persona.

Mientras Clarke recorría con su mirada detalle por detalle, boquiabierta, Lexa le preparó un trago.

—Ten. Has tenido una noche larga.

—Gracias, lo necesitaba. — Dejó su bolso y abrigo sobre el sofá, y a medida que bebía, miraba la decoración y los cuadros colgados por toda la sala de estar. Lexa sentada cómodamente en uno de los sofás, la observaba atenta, disfrutando de cada movimiento que el cuerpo de la rubia hacía.

—¿En Rusia no existen estas cosas?

—Claro que sí, pero mi casa, o de las personas que conocía, no eran así. En mi familia son un tanto ortodoxos, y esto no lo verías nunca. Es fascinante. — Sus ojos brillaban con una luz muy diferente, y aquello hizo a Lexa sonreír, sin siquiera notarlo.

Como tú. —Clarke se estremeció y mordió su labio inferior con ímpetu. Que fácil se le hacía a la castaña dominar su cuerpo entero. —Cuéntame más de Rusia, de tus costumbres. —Lexa tenía la intención de interrogar más de su pasado.

—¿Me has traído hasta aquí para que te cuente de un país al que le tengo poco aprecio? — se mofó.

—¿No eras feliz allí? — La mirada de Clarke cambió, y resopló.

—No quiero ser poco cortés, o grosera, pero sinceramente no deseo hablar de ello. Menos en este momento, solo necesito...— no se animó a terminar la oración.

—¿Qué necesitas, Clarke? — Cada que Lexa la llamaba por su nombre, el cuerpo de la rubia reaccionaba de una manera alucinante. La mirada de la castaña se oscureció ante el deseo vertiginoso que le provocaba la joven rusa, y se puso de pie para quedar a centímetros de ella.

Clarke no pudo hablar, porque cada parte de su ser temblaba, anhelando con desesperación que la hiciera suya otra vez, y así quitarle el peso que traía sobre sus hombros.

—A ti. —susurró rozando sus labios. — Necesito que me toques, me beses, me hagas sentir viva una vez más.

—Pídemelo, Clarke. — La lengua de la castaña acarició los labios de la rubia, y soltando un suave gemido, se derrumbó ante la necesidad de escapar de su mente. Sin embargo, Clarke esta vez no se lo pidió, porque tomó el control y fue quien inició el beso desaforado, lleno de deseo y desesperación por un poco de alivio. La castaña enredó sus dedos en el cabello de la joven rusa, buscando hundirse más en su boca. A pasos ciegos, la guío hasta su habitación, y allí comenzó a desnudarla. Era la primera mujer que conocía la intimidad de su espacio, y lejos de incomodarse le excitaba la idea de tener a Clarke allí, sólo para ella.

The Only exception [CLEXA AU] ( Continuación del Oneshot "Tren a Francia")Donde viven las historias. Descúbrelo ahora