De las peores crisis llegan los cambios
—¡GUSTUS! — La garganta de Lexa ardió en cada grito que soltó desde mucho más hondo que su pecho. Recargó todo el peso del cuerpo desvanecido de Clarke y la entró a su casa. Gustus corrió a auxiliarla y enseguida tomó el teléfono y le marcó al 911.
—¡Clarke! — Lexa intentó que reaccionara, sin embargo, no lo consiguió. Sus pulsaciones eran bajas y su respiración lenta.
—¡Maldita sea Clarke! Reacciona por favor. — La mujer empresaria, aquella de postura dominante, con sus propias filosofías de vida y convicciones, estaba de rodillas quebrada emocionalmente y con su alma tan confundida como su mente. Le dolía ver a Clarke de aquella manera, luego de conocer su espíritu vivaz y lleno de esa ingenuidad tan peculiar.
—Estará bien Lexa. Calma.
—No me pidas eso Gustus. — el timbre sonó, y Gustus de inmediato hizo pasar a los paramédicos que atendieron sin demora a Clarke.
Con los nervios a flor de piel, Lexa se mantuvo a un costado expectante intentando contenerse.
—¿Ha ingerido algún tipo de narcótico?
—¿Cómo dice? — El paramédico volvió a preguntar, y la empresaria trato de asimilarlo.
—No lo sé...— Titubeo y se aterró con la idea de perderla. — No lo sé.
—Tiene un cuadro importante de deshidratación. Le colocaremos suero y eso ayudara a expulsar cualquier tipo de sustancia que haya ingerido. Le recetaré medicación para que tomé cuando se despierte. Pero quédese tranquila, estará bien. Solo necesita descansar.
—Vale, gracias. — Exclamó Lexa, tomando el papel con los medicamentos recetados. Tomó un fuerte respiro de alivio y se permitió aflojarse.
Gustus acompañó a los paramédicos a la puerta y los despidió.
—Ayúdame a llevarla a mi habitación, por favor. Quiero que descanse bien.
Gustus la recostó en la cama y Lexa con delicadeza comenzó a desvestirla para quitarle la ropa que apestaba a humo y alcohol. En un movimiento, queriendo que el suero inyectado en su brazo no se saliera, Clarke movió la cabeza y la empresaria observó una considerada marca de color morado, y supo de qué se trataba. Los celos la abofetearon con fuerza, pero de una manera diferente: sintió dolor. Recordó las palabras de Clarke justo antes de desmayarse y el dolor se llenó de incertidumbre. Sin embargo, no quiso darle vuelta al asunto y continuó arropándola y dejándola cómodamente en la cama.
—Me quedaré aquí con ella. Te avisaré cuando despierte. Y por favor, lava su ropa.
—Despreocúpate, e intenta de descansar también, por favor Lexa. Ya está aquí, nada le pasará. — Gustus le regaló una sonrisa fraternal, buscando reconfortarla, a la que Lexa respondió.
Observó por un largo rato a Clarke, desde el sofá que tenía pegado a la cama, como hacía varias noches atrás había hecho, pero en circunstancias muy diferentes. Se atrevió a tomarla de la mano y sin darse cuenta se durmió con el sonido de sus suaves respiraciones.
Una persona como Lexa, que le es complicado establecer lazos afectivos, aquello la superaba y aterraba de igual manera. Transitaba terreno desconocido y no sabría qué ocurriría a la mañana siguiente cuando Clarke despertara. No sabría que decirle, no sabría que preguntarle. De lo único que estaba segura era de la necesidad de cuidarla y alejarle todo tipo de peligro. No correría el riesgo de perderla, era demasiado valiosa e importante en su vida y estaba dispuesta a lo que sea con tal de mantenerla cerca. Aquello era lo más cercano al amor que Lexa había sentido: preocuparse y sentir el anhelo de proteger a alguien. Se desconocía, pero no tuvo fuerzas para enfrentar ese sentimiento.
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The Only exception [CLEXA AU] ( Continuación del Oneshot "Tren a Francia")
Fanfiction¡¡¡ AVISO IMPORTANTE!!! SI TE INTERESA LEER EL FIC Y NO LEÍSTE PREVIAMENTE EL ONESHOT "TREN A FRANCIA" ES NECESARIO QUE LO HAGAS PRIMERO, ES PARTE DE LA HISTORIA. https://my.w.tt/ZmKWBn9ZcX <----- LINK DEL ONESHOT Luego de aquel majestuoso pri...