Capítulo 14: Los verdugos y la niña sumisa que desea empoderarse

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Los verdugos y la niña sumisa que desea empoderarse

—Pero mira quien ha aparecido. ¡Vaya pinta rubia! —Exclamó Niylah cuando sorprendida, vio entrar al restaurante a Clarke, con una postura y vestimenta completamente diferente. La joven rusa, se acomodó su larga falda negra y camisa, que entallaban su cuerpo, con un tanto de incomodidad por tener que pisar su antiguo trabajo casi obligatoriamente, cuando junto a Indra y Lexa debían presentarse a una reunión de trabajo casi de emergencia. En realidad, Clarke no debía asistir, pero como cenarían con Lexa, la sumó a la misma, ya que no quería dejarla sola o plantada en su casa, y serviría para que aprendiera a manejarse con los comensales con los que empatizaba la empresaria.

—Hola. — Exclamó con un tanto de timidez. Mientras sus dos jefas, se acomodaban en la mesa reservada. No quiso siquiera mirar hacia Luna porque sentía una vergüenza atroz.

—Has escalado alto de un día a otro. — Soltó su ex compañera, intentando indagar toda la sorpresiva situación.

—Han sucedido muchas cosas, pero se me presentó una oportunidad que no podía desaprovechar.

—Lo noto. — respondió, echándole una mirada a lo lejos a Lexa, y atando cabos sueltos. —Pudiste avisar que seguías viva luego de aquella noche. No supimos nada de ti desde aquella vez.

—Es algo que prefiero no recordar. Esa noche fue un error en su totalidad.

—Finn no dice lo mismo...—Le dedicó una mirada perspicaz con doble sentido. Clarke se hiperventiló y volvió a sentir vergüenza.

—No hablaré de cosas privadas. —Estaba incomoda, pero al límite de no tolerarla.

—Clarke. —La voz de Lexa, se escuchó por detrás de su espalda; la llamaba a reunirse para presentarla.

—Vete que parece que te necesitan los refinados y arrogantes con los que te mezclas ahora. — reprochó, dejando al descubierto algo de envidia, algo de malevolencia y miseria. Entonces, sintió como las personas la seguían condenando, sin derecho, pero con total libertad. Esa era la incomodidad que la atormentaba. Le dolió, porque a esa que consideraba su única amiga de un momento a otro se había convertido en una especie de verdugo, como tantos otros en su vida. Clarke, se dio cuenta de lo acostumbrada que estaba a ser juzgada y humillada, pero estaba exhausta de aquel sentir para nada justo, cuando claramente estaba segura de no merecerlo.

Con la mirada cabizbaja y soportando las ganas de echarse a llorar, más por pavor que por angustia, se acercó a Lexa.

—¿Está todo bien? — Sólo asintió, y pretendió sonreír. Lexa levantó la vista buscando con la mirada a Niylah, y trató de contener la furia que corrió por su sangre. No toleraba la idea de que las personas siguieran lastimando de alguna forma a aquella mujer que tanto quería y pretendía cuidar.

Acomodó su postura y con cordialidad, presentó a Clarke a sus colegas. Ya se encargaría de averiguar qué sucedía. Luego todos tomaron asiento y la charla comenzó a darse de manera fluida. La joven rusa, intentaba seguirla, pero su mente estaba ida en pensamientos. Sentía las ganas llorar apoderarse cada vez más de ella y un tanto asfixiada, como si el aire no existiera a su alrededor. La paranoia la atormentó y Lexa fue consciente de aquello, porque la observaba cada tanto de reojo y veía en su mirada sufrimiento. Se sintió responsable de su pesar por llevarla allí sin pensar en posibles consecuencias o en lo que podría generar en el círculo cercano a Clarke. La desesperación y la culpa la poseyeron, y aunque pretendía no darle importancia, hubiera deseado ser más inteligente.

The Only exception [CLEXA AU] ( Continuación del Oneshot "Tren a Francia")Donde viven las historias. Descúbrelo ahora