Capítulo 13: Mujer amante

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Mujer amante

Así como dicen que de las crisis llegan los cambios positivos, dicen también que después de una tormenta (puede considerarse una tormenta emocional y mental) viene la calma. Y la calma puede presentarse de maneras diversas, como por ejemplo en una velada de lo más ordinaria y normal con la clásica película "Lo que el viento se llevó" de los años 30 de fondo, mientras se está con ropa holgada y comida chatarra desparramada por toda la mesa ratona ubicada en el centro de dos sofás gigantes. Esa era la calma de la que Clarke y Lexa gozaban un domingo por la noche. Dos mujeres relajadas descubriendo una vez más el placer de la compañía que la otra le brindaba sin el sexo de por medio. Dos mujeres que se sentían refugiadas en lo ordinario de lo que muchos llamarían cursi, dos mujeres extrañas que ahora pretendían conocerse más allá de lo que las sábanas habían sido testigos.

—¿Te han dicho lo rara que eres ante el gusto de películas?

—Toda la vida. — Comentó una Lexa completamente relajada, y me atrevería a decir, feliz.

—Es irónico.

—¿Qué cosa? —Preguntó extrañada la empresaria.

—Tu gusto por clásicos en donde el amor y lo "ideal" es protagonista, y en cambio vives una vida completamente opuesta.

—Es una lectura acertada... Tal vez son anhelos inconscientes. Nunca creí necesitar a el afecto para vivir... hasta que te conocí.

—Te he arruinado Alexandra Woods. —Exclamó Clarke, en tonó de burla.

—Es probable... Aunque no me quejo. — Se mofó ante sus propios pensamientos, y le dio un sorbo a su vaso con una medida de Jack Daniels. — Hay algo que aún me cuesta entender...

—¿Qué cosa? — Clarke se acomodó sobre el sofá, manteniendo sus piernas sobre la empresaria, y llevándose unas cuantas palomitas a la boca.

—Sin experiencia me sedujiste y seguiste mi juego sobre aquel tren y jamás se me cruzó la idea de que eras... bueno... — La rubia soltó una risita.

—Mmm... Como te tortura admitir que TÚ, siendo una experta en los "placeres de la vida" como lo llamas, te haya cautivado y vuelto completamente loca una joven rusa, virgen e inexperta, y te haya brindado y obsequiado el mejor sexo de tu vida. — Se mordió el labio inferior un tanto para provocarla y otro tanto disfrutando la condición en que había dejado a Lexa.

—¿Disculpa? ¿Tú me diste el mejor sexo? Creo que más bien, fue al revés— Desafió sintiendo golpeado a su ego. — Yo te enseñé lo que es el buen sexo.

—Señorita arrogancia, creo que eres muy mala enseñando porque no he aprendido muy bien aún...— Soltó Clarke cambiando su voz a un tono más seductor. Lexa relamió sus labios y la observó con deseo.

—Cómo darme cuenta de tu inexperiencia, si tienes el don de pasar en cuestión de segundos, de la persona más tierna e inocente a la más sexy y lujuriosa del maldito mundo.

—¿Entonces? ¿Me darás una clase privada para infundirme de mejor manera tus enseñanzas?

—Haré más que eso. — Fue lo que dijo la castaña, antes de tomarla por la nuca y empujarla hasta su boca, para hundirse en un beso muy diferente a otros que le había dado. El deseo seguía siendo el mismo al igual que el apetito de poseerla. Pero aquel beso lo sintió hasta en su alma. Para Clarke fue de manera similar, aunque ella, hacía tiempo ya que la sentía parte de su alma.

The Only exception [CLEXA AU] ( Continuación del Oneshot "Tren a Francia")Donde viven las historias. Descúbrelo ahora