Capítulo 9: Young lust (lujuria juvenil)

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Capítulo 9: Young lust (lujuria juvenil)

La decepción golpeó a Bellamy cuando anunciaron el último llamado para abordar el vuelo hacia Moscú, y Clarke no se presentó. Si bien en un principio dudó de que tomara la decisión correcta, (obviamente que correcta ante los ojos de Bellamy), la noche anterior renovó sus esperanzas, e ingenuamente creyó que llevaría de regreso a Clarke. Su orgullo y egoísmo no le permitió ver que la rubia había sido sincera y clara por demás con él, más allá de haberlo besado. Bellamy desconocía que la atención de Clarke estaba completamente puesta en otro lado, y quedarse con la idea de "rebeldía" que atravesaba, lo mantenían cegado a todo ese nuevo mundo que había comenzado a rodear a Clarke incursionándola a nuevas experiencias que no eran ni serían jamás bien aceptadas dentro del círculo de donde ambos jóvenes venían.

Un Bellamy sumergido en la furia y despecho, volvió a llamar a su ex pareja por enésima vez, pero el contestador volvió a saltarle luego del segundo tono. Se sentía perdedor, defraudado por la persona que creía conocer y que se escabullía de sus manos.

Impulsado por todos esos sentimientos, dio tupidos pasos por el corredor que lo llevarían a un viaje de más de cinco horas hasta su hogar, al cual regresaría con las manos vacías y solo, debiendo enfrentarse al sermón del señor Griffin con alguna excusa del por qué su hija no estaba de vuelta como lo había prometido.

Por otro lado, Clarke se encontraba enajenada de toda aquella situación, porque aún se mantenía en su propia realidad, esa en donde respiraba libertad y en aquella donde para su familia sería considerada una hereje o algo semejante. La joven rusa era consciente de que, dentro de su círculo ortodoxamente religioso, donde su propio padre ejercía como sacerdote de una de las tantas iglesias en Moscú, la condenarían a una vida de miseria, por ir contra toda ideología y creencia, dándole la espalda a años y años de enseñanzas y educación que fueron algo parecido a un infierno cuando despertó y sus ojos tomaron dimensión de lo opresor de su sistema familiar guiada por dogmas. Estaba condenada como su hermano; o tal vez su condena era peor y con mayores consecuencias, de considerar el sólo hecho de haberse entregado no solo a los deseos carnales y a una vida de libertinaje, sino a todo ello con una persona de su mismo sexo. Sin embargo, aún, no le causaba martirio alguno a Clarke, le causaba alivio, el alivio de revelarse y liberarse, al menos por un momento, del pasado que la acechaba queriendo atraparla nuevamente a aquella cárcel de dogma patriarcal que tanto conocía.

—Aunque me encantaría pasar el resto del día en la cama contigo, debo irme rusita.

—¿Te veré pronto?

—Mucho más pronto de lo que crees. No creo poder aguantarme las ganas de ti. — Clarke se mordió su labio inferior, y sintió como el cuerpo entero se estremeció debajo de las sábanas, que cubrían su torso desnudo. Se acomodó en la cama y la observó vestirse.

—Hazme un favor.

—¿Cuál? — Lexa, dibujó una media sonrisa ante la imagen que tenía enfrente, y sacó su billetera para tomar algo de dinero.

—Cómprate un buen desayuno, por favor. — Clarke la miró confundida, cuando le estiró un par de cientos de libras.

—No necesito tu dinero y menos tan exagerada cantidad.

—Sé que no. Pero sí necesitas comer, y algo me dice que no lo haces muy seguido.

—Guárdalo, e invítame a almorzar. — Clarke volvió a morderse el labio inferior, jugando el mismo juego que Lexa. Su astucia buscaba asegurarse de verla pronto. La castaña comprendió de inmediato su jugada y se relamió los labios.

The Only exception [CLEXA AU] ( Continuación del Oneshot "Tren a Francia")Donde viven las historias. Descúbrelo ahora