Capítulo 26.

138 14 38
                                    

Había sido un fin de semana asombroso, quitando la primera noche que estuvimos ahí, esa noche fue demasiado dramática. Por fin habíamos llegado a casa, James aparco y salió para ayudarnos a Andrew y a mi a sacar las cosas.

- No hacía falta que me ayudes no ves que estoy en buena forma - dijo Andrew justo antes de coger una maleta y caerse por el peso - Estoy bien.

Los dos reímos, se acerco y me quito la bolsa de las manos, en cuanto nuestras manos se tocaron empecé a sentir un pequeño cosquilleo.

- No hacía falta, si podía con la bolsa - dije caminando tras de él - Ya sabes, soy una mujer independiente.

- Debía asegurarme de que llegabas sana y salva, no como Andrew - sonrió - ¿Te parece bien si vengo luego? Esos del coche se van a poner  empalagosos y no quiero estar de mal tercio.

- Oh, claro, a Andrew le encantara, así se libra de estudiar y estará jugando contigo.

- Si, Andrew - suspiro.

Cuando llegamos a la puerta la abrí y corrí a llamar al ascensor. Esperamos unos segundos hasta que llego y entramos.

- Esta tarde vengo - James aviso a Andrew.

- Gracias, así tengo una excusa para no estudiar - comento Andrew alegremente.

- Empezaremos estudiar en cuanto termines de asearte, queda un mes, hay que estudiar con tiempo para no estar agobiados.

- Lo que digas mama - dijo con tono burlón Andrew y solo rodee los ojos, no iba a cambiar.

Nos quedamos en silencio hasta que el ascensor llegaba a nuestra piso, solía tardar en subir ya que vivíamos en el sexto y último piso, pero tenía sus ventajas, eran dos plantas la de abajo donde estaba la cocina, la sala, un cuarto de baño y otra habitación que no utilizábamos y la planta de arriba donde estaban nuestros dormitorios. La puerta del ascensor se abrió y Andrew salió disparado.

- Al fin estoy en casa, lo primero que haré será hacer mi skincare, no puede ser que haya estado un fin de semana sin cuidarme la piel, seguro tengo alguna arruga - dijo esperando a que abriera la puerta - O algo peor, una picadura de un insecto.

No podía estar sería con este chico, siempre decía alguna tontería, eso fue lo que me gustaba de él, recuerdo que ni siquiera podía hablarle porque me ponía nerviosa, y eso que era mi mejor amigo. El me hablaba tan normal y yo solo me quedaba viendo y le contestaba con monosílabos porque temía trabarme, que viejos tiempos. En cuanto abrí la puerta Andrew dejó lo que llevaba en el suelo y subió a su habitación.

- Te dejó sola - dijo James, por un momento se me olvidó que él estaba conmigo.

- Si, es más importante cuidarse para estar bello para Paula que ayudarme a ordenar todo esto - sonreí - Me alegro por él, llevaba meses sin estar tan emocionado por algo, eso explica que todas las mañanas estuviera preguntándome que ponerse y como peinarse y cosas así. Incluso muchas veces me hacía preguntas raras, por ejemplo si sería un buen regalo dar unas compresas a una chica.

- ¿Enserio? ¿Darle compresas a una chica para conquistarla? ¿No ha salido con alguien más que no sea tu? - me pregunto sorprendido.

- No que yo sepa y bueno, a mi no me tuvo que conquistar, nos conocemos de toda la vida. Pero bueno, me parece bien que vaya cambiando.

- Si, deberías verlo en clases, siempre está respondiendo las preguntas, se está tomando muy enserio esto de impresionarla - me sonrió.

- Si, es mejor eso qué regalarle toallitas sanitarias.

Otra vez este silencio, no era incomodo me gustaba, los dos aquí sin decirnos nada pero diciéndolo todo. Vi que el suspiro y bajo la cabeza. ¿Cómo no me di cuenta antes de esto? A veces tenía una ligera sospecha, pero pensaba que eran alucinaciones mías.

Amor de cuarentenaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora