MONSTER.

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-Riley Allen - Empezó a hablar el agente Bramson mientras veía a los oficiales entrar a la sala junto al hombre.

Allen había sido vestido con una camisa de fuerza completamente blanca y encadenado  por seguridad. Lo agarraron del brazo de forma brusca y lo obligaron a sentarse delante del agente.

-Riley, ¿sabes por qué estás aquí? -Preguntó serio mientras lo veía. El acusado prefirió guardar silencio ante la pregunta mientras su mirada divagaba por toda la habitación que apenas estaba alumbrada con una lámpara que caía del techo.

-Señor Allen -Lo volvió a llamar- ¿Sabe por qué está aquí? -El agente Bramson no apartaba los ojos del rostro pálido del joven sentado delante suyo.

Riley solo dejo de mirar a donde veía y fijó su mirada en el agente -Estoy aquí porque no me dejan hacer lo que quiero, hacer cosas malas -dice mirándolo.

-Mataste a tu familia -Acusó con frialdad causando que Riley soltara una pequeña risa traviesa.

-Se lo merecían -Habló por primera vez.

-¿Por qué lo hiciste? -Preguntó el detective mientras apoyaba sus antebrazos sobre la mesa de metal blanca.

Riley se acomodó en la silla y ladeó la cabeza para mirar al agente por primera vez- Ya sabe cómo es la familia... -Mantuvo un pequeño silencio y miró sobre el hombro del hombre enfrente- Siempre buscan una forma de controlarte -Comentó volviendo la vista a su rostro- Yo no busco que me controlen... -Volvió a callarse para causar suspenso- Lo que yo busco es más grande que cualquier otra cosa -En su rostro empezó a aparecer una enorme sonrisa, mostrando sus enormes y blancos dientes.

-¿Qué es lo que buscas? -Indagó Bramson manteniendo su vista en la mirada fría y desafiante del interrogado.

-Que todos ustedes sepan quien soy yo -Dijo con una mirada oscura y tenebrosa que con tan solo mirarlo te hacía temblar. Su sonrisa se hizo más grande para poder, por fín, reírse a carcajadas psicópatas.

Riley Allen, el joven que mató a toda su familia. Parecía un chico dulce, pero en el fondo era un loco psicópata que no le importaba nada ni nadie. Su forma te llevaba a sentir el verdadero terror.

No es alguien a quien quieras tener como tu enemigo.