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La puerta de mi oficina se abrió de forma brusca, dejando ver a Trevor entrar sin permiso alguno. -Lucy, ¿tienes los expedientes de los prisioneros? -Me preguntó una vez parado delante de mi escritorio de madera de roble.

-Hola, Lucy -Empecé a hablar con voz grave- ¿Puedo pasar? -Ví como Trevor arrugó su nariz- Si Trevor, pasa -Mis ojos rodaron hacia un costado, fijando la vista sobre unos archivos en la esquina de la mesa- Allí están -Los señalé con un movimiento leve de mi barbilla.

-Ahora que Adam Foster está muerto, debemos interrogar a los prisioneros para saber qué pasó exactamente -Habló el detective Bramson, mientras agarraba unos cuantos expedientes de la larga pila.

Adam Foster, un prisionero que fue encontrado muerto en su celda con una soga atada en su cuello: todo indicaba un suicidio; pero estábamos en la obligación de investigar el por qué.

-Como si fueran capaces de decirnos algo -Le dije mientras me acomodaba en mi silla y me cruzaba de brazos.

-Bueno... -Divagó un poco a la vez que seleccionaba algunos de los archivos y los ponía debajo de su axila- Los haremos hablar -Finalizó mientras me entregaba los papeles que quedaban pero detiene su vista en uno específicamente- Irás con él -Me entregó el expediente que tenía adjuntada una foto del recluso junto con su nombre.

-Riley Allen -Leí el nombre y miré las fotos con detenimiento. Abrí el archivo para leer un poco sobre él.

-Cuidado, es un psicópata -Me advirtió mientras retomaba su paso hasta la salida de mi oficina.

-No te preocupes, yo puedo con él -Le dije confiada de mi y mi poder de hacer hablar a cualquier zángano.

-Tienes que sacarle información, sea como sea -Terminó de hablar y antes de cerrar la puerta detrás de su espalda me dijo- Trata de no mirarlo a los ojos -Y con ese final, se fue.

***

Luego de pasar horas interrogando a sujetos para nada estables mentalmente hablando, había llegado el momento de interrogar al asesino de su familia: Riley Allen. Coloqué el expediente delante mío y apoyé los brazos sobre la mesa de metal blanco.

Riley entró a la sala de interrogatorios escoltado por cuatro guardias, quienes le quitaron las cadenas  y lo sentaron abruptamente en la silla frente a mí. Los oficiales se quedaron en las esquinas de la habitación semi oscura para mantenerlo vigilado.

El joven me miró detenidamente y una enorme sonrisa apareció en su rostro.

-Señorita Kane -Dijo manteniendo su sonrisa mientras me miraba intensamente.

-Señor Allen -Hablé y entrelacé mis dedos, manteniendo las manos sobre su expediente- ¿Tiene alguna idea del por qué estás aquí?.

-¿Tendría que saberlo? -Me preguntó aún sin quitar su sonrisa.

-Quiero que me responda algunas preguntas -Le comenté mientras bajaba mi mirada al archivo y lo abría- Voy a ser directa. ¿Sabes qué le pasó a Adam Foster? -Pregunté y levanté la cabeza para mirarlo.

-Mmm -Se notaba que estaba fingiendo pensar mientras desviaba su vista hacia una mancha oscura en una parte de la pared- Nop -Dijo volviendo su vista a mí.

Me acaricié la frente sabiendo que sería un poco más difícil hacerlo hablar -¿Hay algo que sepa que me pueda decir? -Le pregunté creyendo que dándole el poder de la charla, empezaría a cantar todo lo que supiera.

-Señorita Kane -Habló nuevamente sin despegar la vista de mi y manteniendo una sonrisa extensa en sus labios- Adam era... -Se mantuvo en un corto silencio, queriendo colmar mi paciencia- Aburrido.

MONSTER.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora