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Esa misma noche, después del interrogatorio con Allen, me quedé en mi oficina tratando de despejar la mente. Elías había mandado a Riley a una nueva celda lo suficientemente alejada y protegida para que no tratara de escapar; después de lo que nos había contado, era mejor prevenir.

Apoyé los codos sobre el escritorio, coloqué mis manos a los costado de mi rostro y cerré los ojos a la vez que soltaba un suave suspiro. Me tomó unos segundos tratar de organizar mis pensamientos, me sentía cansada y sin saber qué hacer; por más que intentaba pensar en cualquier otra cosa, en mi mente solo aparecía la imagen de esos hermosos ojos azules. ¿Por qué estaba pensando esto de un recluso psicópata? Por alguna extraña razón cada vez que lo veía mis nervios se hacían visibles y me volvía tan vulnerable, me hipnotizaba y no sabía por qué.

Todo aquello del caso de Jason Harrison provocaba que me estresara y molestara. Cada vez que pensaba que nos encontraríamos más cerca de él, algo sucedía y rompía con todas esas expectativas. A pesar de que Riley dijera algo o que David Scott haya estado aquí, no cambiaba nada, seguíamos sin tener información de Harrison.

Escuché la puerta de mi oficina siendo tocada. Volví a suspirar y levanté la mirada para dirigirla a la entrada. -Adelante -Dije lo suficientemente alto mientras apoyaba la espalda contra el respaldo de mi silla.

La puerta se abrió dejando ver a Bramson entrar. No hice ningún gesto, sólo me dediqué a quedarme en silencio y mirarlo. Las cosas con Trevor había sido un poco incómodas en aquellos días, la mayoría del tiempo nos encontrábamos discutiendo por cualquier cosa que sucediera y no entendía el por qué de eso. Sabía que le molestaba la situación con Riley, sin embargo, ¿qué tenía que ver yo con todo eso?; solamente trataba de hacer mi trabajo aunque no saliera como lo tenía planeado.

-Hola -Saludó una vez que se encontraba dentro de la oficina- ¿Terminaste con lo que tenías que hacer? -Indagó viendome.

-Hola, si...ya terminé -Respondí levantándome de mi asiento y agarrando algunas carpetas para poder guardarlas en el cajón de mi escritorio- ¿Ya te vas? -Pregunté al verlo con sus cosas en la mano.

-Si -Respondió- Vine para ver si querías que te llevara a tu casa.

-No tienes que hacerlo, estoy bien -Una vez terminé de guardar las cosas sobre mi escritorio, agarré mi bolso mientras mantenía la vista en otras cosas que no fueran él- Puedes irte.

-No me molesta, Lucy -Volvió a hablar de casi forma inmediata y acercándose un poco más al escritorio- ¿Quieres que te ayude con algo?

-Trevor, ya te dije que estoy bien -Hablé alzando la vista para mirarlo fijamente con una expresión seria en mi rostro- Puedes irte, en serio.

La verdad era que no quería ir con él, no me sentía cómoda después de las discusiones que habíamos tenido. Trevor simplemente se dedicó a quedarse en silencio y desviando la vista a otra parte de la oficina. Suspiré y continué preparando mis cosas para poder irme lo antes posible de ahí.

-Lucy -Me nombró después de unos segundos en silencio- Lo siento.

Permanecí con la mirada agachada, guardando unas cosas dentro de mi bolso; al notar que lo estaba ignorando, continuó hablando. -Entiendo que estés enojada conmigo, me he comportado grosero contigo y realmente lo lamento. Con todo esto de Jason, David y ahora Riley... me he sentido estresado, pero eso no era motivo para enojarme contigo. -Sus palabras se escuchaban con un tono de arrepentimiento. -Perdón.

-Sabes que no tienes ningún tipo de derecho para hablarme de esa forma -Me animé a decir- Sea el momento que sea, estés como estés... nada te justifica -Levanté la cabeza para mirarlo de forma desafiante.

MONSTER.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora