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-De acuerdo, con cuidado... -Suspiré al oír la voz de Trevor guiándome al interior de mi casa- Cuidado con el mueble...

-Trevor, estoy siendo muy cuidadosa -Reí un poco y seguí caminando al salón.

Una semana había pasado desde que ingresé al hospital, hoy me habían dado de alta y por fin podía regresar a mi hogar.

Trevor durante esos días había sido mi única compañía, algunas veces también lo era Elías quien me visitó en algunas ocasiones, pero Bramson nunca me dejaba sola.

De salud me sentía mucho mejor a pesar de haber quedado con algunas cuantas cicatrices en mi piel, aunque tenía la esperanza de que algún día desaparecieran para no seguir recordando aquel momento tan horrible.

-Y... ¡Estamos en el salón! -Exclamó en medio de una leve risa. Con cuidado, me ayudó a tomar asiento en uno de los sillones individuales- ¿Estás bien?

-Lo estoy, lo estoy -Me acomodé un poco y solté otro suspiro mientras apoyaba la espalda contra el respaldo.

Pasé la vista por el lugar, observando que todo estaba perfectamente acomodado y supuse que Trevor lo había arreglado. Los recuerdos volvieron a mi mente y un escalofrío recorrió todo mi cuerpo, tragué saliva y fijé la vista en Bramson, quien no había dejado de mirarme; en cuanto se percató de mi mirada, sonrió un poco.

-Antes de ir a buscarte, te compré sushi -Me dijo y una sonrisa hizo el esfuerzo en aparecer en mi rostro- Como sé que te gusta, me pareció perfecto para que sea tu primera cena después de la asquerosa comida del hospital -Soltó una pequeña risita.

-Pues, tráeme el sushi que ya le tengo ganas -Dije mientras me acomodaba en el sillón.

Trevor, se levantó rápido y se fue corriendo a la cocina. A los pocos minutos llegó con unas bandejas llenas de piezas de sushi y salsa de soja, que apoyó en la mesita de centro.

-Son del lugar donde tú siempre pides, así que no puedes quejarte de absolutamente nada raro que tenga -Me avisó y una pequeña risita se escapó de mis labios- Te conozco tanto, Lucy -Negó con la cabeza, divertido y tomó asiento a mi lado.

-Llevamos trabajando juntos mucho tiempo... me conoces más de lo que deberías -Acusé.

-Cinco, casi seis años -Afirmó- Mucho tiempo soportándote.

-¡Ja! Como si no te gustara soportarme -Bromeé y solté otra risita mientras me acomodaba el pequeño moño que recogía mi cabello.

-Yo jamás diría eso -Me contestó con la mirada fija en mí- Es más, es todo lo contrario -Ladeó la cabeza- Me encanta soportarte todos los días...

Me quedé en silencio completamente. -¿Qué?.

-Lo digo en serio, Lucy... -Lo escuché carraspear. Se acarició los muslos rápidamente, demostrando nervios- Hace mucho que quería decirte esto...

-Trevor... -Traté de detenerlo, pero levantó su mano para que guardara silencio.

-No, déjame decírtelo... -Me dijo- Desde hace mucho tiempo que me gustas, Lucy -Se confesó y me quedé pasmada ante aquello- No, no me gustas... estoy enamorado de ti y es algo que no pude evitar, traté de no sentirlo porque no es profesional de mi parte pero no pude y eso es lo que siento -Suspiró mientras yo cerraba los ojos y apretaba los párpados con fuerza- Estoy todos los días pensando en ti, en cómo estás, cómo habrás dormido, si tal vez necesitas ayuda y yo podría ayudarte. Cuando estás lejos me siento vacío y solo, pero cuando estás cerca mío me siento completo. Yo sé que seguramente tú no me correspondas de la misma forma, pero también sé que somos un gran equipo y que tal vez si tú me dejas y me das la oportunidad, puedo hacerte feliz.

MONSTER.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora