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-Así que tienes un plan con aquella chica... -Jason habló con cierta curiosidad en su tono de voz, lo que me ponía demasiado nervioso como para poder evitar irritarme.

-Si -Me limité a contestarle.

Estábamos todos en la sala de reuniones armando un nuevo atentado hasta que yo y mi enorme boca, que siempre quiere contar las increíbles y brillantes ideas que se me ocurren, empezamos en conjunto a decir: "Tengo un plan con la detective".

-Cuéntanos, ¿qué se te ha ocurrido? -Indagó David mientras apoyaba los codos sobre la mesa.

-Si insisten... -Elevé mis hombros y los miré- En la prisión hay una habitación donde hay una famosa silla eléctrica -Una enorme sonrisa apareció en mi rostro. Si me preguntas, ¿por qué se te ocurrió aquello? Yo te responderé que no tengo ni idea.

-¿La quieres usar contra ella? -La frente de Jason se frunció. Parecía que no estaba muy de acuerdo con ello... no me interesaba. Al fin y al cabo, yo tenía la obligación de estar con aquella sexy y caliente detective.

-¡Exactamente! -Exclamé y lo señalé con uno de mis dedos.

Para ponerlos un poco en contexto: aquella silla eléctrica de la que estaba hablando tenía tres usos o esos había podido identificar.

Se usaba como castigo a los prisioneros que no nos comportábamos como el régimen aburrido y autoritario militar y policial nos imponían. Me meto en dicha mención honorífica porque yo estuve en ese lugar prácticamente todo el día y todos los días, nunca fui bueno para seguir las reglas... que desagradables son las reglas...

Volviendo a la silla. Muchos policías la usaban para sacarles información a los prisioneros que sabían cosas de mafias, narcotráfico, armas ilegales, trata y venta de personas, mercado negro y esas estupideces que a mi me parecen muy desagradables y poco éticos. ¿Cómo alguien puede meterse en el mundo de la trata y venta de personas? Que indignante, es para indignarse.

Continuando con la silla asquerosa. A los prisioneros viejos, con cadena perpetua o sentencia a muerte súbita -otra cosa totalmente indignante, ¿quién es quién para decidir quién muere?-, bueno... ya se imaginarán no tengo porqué carajo gastar mi tiempo para decirles algo tan obvio como que la usaban para cagarlos matando a todos.

Pero lo más divertido es cuando ves a la persona moverse al ser electrocutada con no se cuantos voltios -y tampoco me interesan-, mientras la espuma sale por su boca y sus ojos se ponen totalmente en blanco. La gente que se sienta a ver eso desde la ventana... esa gente me cae bien.
Yo, la quería usar contra Lucy. No para matarla. No para torturarla. Y la información que ella tenía tampoco me interesaba.

-¿Y cómo harás para que ella vaya contigo a la prisión? -Muy buena pregunta había hecho Ashley.

-La convenceré a qué me ayude a meterme y ahí lo ejecutaré -Sonríe ampliamente.

-¿Ya sabes cuándo lo harás? -Vi como la cabeza de David se ladea hacia un lado. Como odiaba cuando hacía eso, me hacía acordar a mi madre muerta.

-Espero que sea pronto porque me estoy aburriendo -La voz de la chica rubia sonó como si fuera una advertencia o algo así. Tampoco le importaba mucho, yo solo quería hacer mi plan.

-Mañana -Conteste mientras apoyaba mi espalda en el respaldo de la silla.

-¿Sabes cómo convencerás de hacerlo? -Jason empezó a cuestionarme como si yo fuese tonto.

-¿Qué parte de que tengo un plan aún no comprenden? -Indagué con cierta obviedad viendo al hombre, Dios, a veces podían ser realmente tontos- Lo tengo todo pensado, no será difícil.

MONSTER.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora